Por Nicolás Sánchez Picón
16 Mayo 2023
Buenos Aires: cinco pueblos para descubrir
El fin de semana largo por el 25 de Mayo ya está a la vuelta de la esquina. Si todavía no tenés definido adónde ir, te proponemos Buenos Aires como destino. Y no te preocupés por los costos, porque ahora adquiriendo tus pasajes en Jetsmart tenés un 20% de descuento con club LA GACETA para comprar los sábados y domingos. Animate a una escapada y descubrí estos lugares pintorescos, a pocos kilómetros del Obelisco.
Tomás Jofré: cabalgatas y paseo en sulky
A poco más de 100 kilómetros del Obelisco, Tomás Jofré es una localidad que sin duda tenés que visitar si te gusta la aventura. Fue fundado en 1911 y es otro de esos tantos pueblitos que fue abandonado después de la desaparición de algunos ramales ferroviarios, pero cada fin de semana recobra vida.
Sus restaurantes más antiguos -ex almacenes de ramos generales- son visitados los fines de semana por cientos de turistas. Una comida rica, un buen paseo y alguna actividad sorpresa.
Eso es lo que podés hacer en una escapada a Tomás Jofré. Se recomienda ir sábados (para evitar la muchedumbre).
Además de los restaurantes tradicionales, podés recorrer sus calles de tierra y admirar la arquitectura de las casonas, que recuerdan a otra época.
Y, por si fuera poco, tenés la posibilidad de realizar algunas actividades de campo, como salidas en sulky o cabalgatas. Podés llegar en colectivo, realizando algunas combinaciones, o en tren.
Plomer: una ciudad de sólo 200 habitantes
Plomer debe su nombre a Pedro Plomer Huguet, abuelo del fundador del pueblo. Es una de las localidades que aún conserva con gran cuidado los vestigios de los ferrocarriles. La ciudad fue construida en 1908 por la Compañía General de Ferrocarriles, y funcionó así hasta la década de 1990, cuando se suspendieron los servicios de tren. Hoy, podés caminar por sus vías, recorrer los predios de las estaciones y darte una vuelta por los edificios más icónicos del pequeño poblado. La tranquilidad de sus calles (la mayoría sin pavimentar) lo hacen un entorno ideal para pasar un día en familia, para andar en bicicleta o para sentarte a tomar unos mates en la plaza principal.
Domselaar: un castillo ¿con fantasma incluido?
No hace falta visitar Europa para vivir la experiencia de sumergirse en la historia medieval. Bueno, más o menos... Domseelar es un poblado de 2.500 habitantes, también nacido a partir de la llegada del tren, en 1865; y aunque todavía se mantiene la estación en buenas condiciones, hay un atractivo que se destaca y que lo hace un lugar único para visitar; el Castillo Guerrero. Según cuenta la historia, fue construído en honor a Felicitas, la esposa de Martín de Álzaga, un destacado comerciante y miembro del Cabildo de Buenos Aires. La historia cuenta que su esposa (que era miembro de las familias más ricas del país) falleció a los 25 años, cuando fue asesinada por un despechado enamorado. Según cuenta la historia, en la vieja casona todavía habita el fantasma de la mujer. El pueblo se encuentra a 80 kilómetros de la capital; además de la antigua edificación, podés darte una vuelta por la Capilla Santa Clara de Asís (de 1876, donde funcionó la primera escuela rural del pueblo) y por el monasterio abandonado de la localidad. Además, hay algunos restaurantes para almorzar. Desde el microcentro, podés tomarte el tren Constitución hasta Alejandro Korn, y luego la línea 388 hasta Domselaar.
Carlos Keen: un viaje directo al siglo XIX
Está ubicado a 75 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires; desde capital se puede llegar en colectivo (cuesta alrededor de $ 1.000 y tardás una hora y 20 minutos) o en tren (sale más o menos $ 1.500 y se necesitan dos horas de viaje). Se trata de un pueblo de 500 habitantes, que fue declarado bien de interés histórico nacional en 2007; sus orígenes se remontan al 1800. Con la construcción del ramal ferroviario Luján - Pergamino, esta ciudad se llenó de vida y llegó a tener grandes edificios: almacenes de ramos generales, ferreterías, casas especializadas en cuestiones agrícolas, escuelas, clubes... Con el pasar de los años (y con el fin del servicio del tren) la ciudad empezó a deshabitarse. Hoy los turistas visitan su tradicional granero (de 1881), la vieja estación de tren, la capilla San Carlos de Borromeo (construida en 1895) y muchos bonaerenses usan Carlos Keen como destino gastronómico: esto fue, de hecho, lo que revitalizó el turismo en el pueblo. Además de una experiencia pintoresca, podés visitar los restaurantes de comidas típicas y la gran feria de artesanos. Se lo recomienda como visita de un día, pero si querés pernoctar allí, contás con algunos hoteles de campo y casas o cabañas en alquiler.
Uribelarrea: una salida y una comida rica
Debe su nombre a Miguel Nemesio de Uribelarrea, un hacendado que fue presidente de la Municipalidad de Buenos Aires durante el gobierno de Domingo F. Sarmiento. En 1890 fundó la colonia que hoy lleva su nombre: Uribelarrea se encuentra dentro del partido de Cañuelas, a sólo 80 km de Buenos Aires. El pueblo tiene grandes construcciones de ladrillo a la vista; “Uribe” -como lo llaman los vecinos- ha quedado detenido en el tiempo. Podés visitar sus tradicionales esquinas, sus museos, su iglesia de fines del siglo XIX y su vieja estación de ferrocarril. Incluso podés recorrer uno de los edificios más antiguos: “El Palenque” está frente a la plaza principal. Fue la pulpería más importante del pueblo; de un lado era un almacén de ramos generales y del otro, una casa de hospedaje. Su fundación data de los inicios del pueblo, y de ello dan cuenta sus antiguas paredes, desgastadas por el paso del tiempo, y los adoquines que decoran la calle. Hoy es un restaurante, que además sirve de almacén: allí se venden los productos más típicos de la zona. Y si te gusta el cine, no vas a querer perderte la visita a la iglesia Nuestra Señora de Luján. Inaugurada en 1890, fue el lugar elegido para la filmación de algunas escenas de la película “Evita”, protagonizada por Madonna. Para llegar, tenés que viajar en la línea 88 de colectivo (sale de plaza Miserere y se paga con tarjeta SUBE) o tenés que ir en tren, línea Roca. Además, hay dos empresas que realizan el viaje en colectivo; cuesta cerca de $ 2.500 por tramo.
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