Formas de procesar la ruptura de una relación

Manuel González Gil dirige “Me duele una mujer”, la obra con Nicolás Cabré, Mercedes Funes y Pepe Monje que llega al Mercedes Sosa.

COMEDIA ROMÁNTICA. Miguel Sánchez se refugia en su amigo Martín, y está en tratamiento psicológico. COMEDIA ROMÁNTICA. Miguel Sánchez se refugia en su amigo Martín, y está en tratamiento psicológico.

Manuel González Gil ha demostrado acabadamente su conocimiento teatral como dramaturgo y director en infinidad de obras, varias de ellas realizadas en Tucumán y con elencos locales. Conocedor de los rincones de la técnica escénica para lograr la empatía del público expresada en sus risas, el realizador vuelve a la provincia en su doble rol con “Me duele una mujer”, la comedia interpretada por Nicolás Cabré, Mercedes Funes y Pepe Monje, que se verá hoy a las 21 en el teatro Mercedes Sosa (San Martín 479). La escala es parte de una gira nacional, luego del éxito comercial que tuvo en la Capital Federal.

El argumento se centra en Miguel Sánchez, un joven profesor de filosofía que, por sus problemas de ansiedad, fue abandonado por su novia Paula y vive los primeros seis meses de esa pérdida. Una psicoanalista lo atiende en las diversas etapas de su tratamiento, marcando con su particular humor e ironía una paliza terapéutica. Él está siempre acompañado por Martín, su amigo inseparable, pero su obsesión por su expareja provoca que la vea en cada mujer y sólo al final sabremos si logra nuevamente transitar por esa esquina que hoy no se atreve a pasar.

Los comentarios elogiaron especialmente la labor histriónica de Funes, quien se desdobla en escena en varias de las mujeres proyectadas por Martín, mientras intenta encontrarle una salida a su crisis desde su labor profesional. “Cuando una relación termina, ya no podemos acceder con libertad y felicidad a todos los recuerdos que nos quedan de ella. La identificación que logra el público con la historia lo acerca a la obra”, le dice a LA GACETA, al reconocer que todas las personas, en algún momento, han sufrido por amor.

- ¿Miguel es una víctima de su propia conducta insegura?

- Sí. Y también es víctima de la falta de aceptación de la realidad. En un punto, la primera instancia ante una pérdida.

- ¿Su amigo siempre presente es una proyección de él mismo?

- Martín, o su otro yo, es esa parte de Miguel que está por fuera de cualquier problemática. Es la voz de su conciencia. Cómo un Pepe Grillo.

- ¿Cómo funciona el desdoblamiento de la mujer en distintos personajes?

- El desfile de todas esas mujeres es el toque insólito de la obra. Son extremas y súper intensas. Atropellan a Miguel. Son muy divertidas.

- Toda ruptura tiene una carga de drama, ¿transformarla en comedia es una manera de sanar la herida?

- Sin dudas. El humor tiene la labor de sanar las heridas. O al menos de darnos un respiro. Reírnos de nuestras desgracias nos fortalece, las relativiza, y nos revitaliza. Que quedar atrapado en cualquier realidad o circunstancia que nos da malestar es lo peor que nos pueda pasar. Y eso incluye una relación inviable.

- ¿Cómo fue trabajar este texto, dirigido por el propio autor?

- Fue maravilloso. Manuel es muy generoso y permeable a las propuestas de los actores. Fue un proceso muy divertido y cálido. Es un tipo extraordinario, tiene algo muy característico y hermoso. En los ensayos siempre aparecen cosas nuevas y él está con su computadora y va tipeando todo. Pasa en limpio cada modificación y nos la da. Es muy metódico.

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