Clorindo Testa: “Los estilos responden al tiempo en que se vive”

Fue uno de los más grandes arquitectos y pintores argentinos. Este año se cumplen cien años de su nacimiento y una década de su muerte. En esta entrevista de 2012, una de las últimas que concedió, habla sobre sus inicios, su obra y acerca de algunos debates controvertidos dentro de la arquitectura. “Una de las cosas más atractivas de una ciudad es el cambio”, sostenía.

CONVICCIONES. “Soy de la idea de que cada uno, en la medida de sus posibilidades, debe vivir como realmente quiere”, decía Clorindo Testa. CONVICCIONES. “Soy de la idea de que cada uno, en la medida de sus posibilidades, debe vivir como realmente quiere”, decía Clorindo Testa.
02 Julio 2023

Por Asher Benatar

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

- ¿Cuándo se sintió arquitecto?

- Cuando gané el concurso para el edificio de la Cámara de la Construcción, que fue mi primera obra de importancia. Habían pasado cuatro o cinco años del momento de recibirme. Más o menos por la misma época realicé mi primera exposición de pintura -me había invitado Franz Van Riel, a quien había conocido en Europa-. Yo desde chico era aficionado al dibujo. Con el tiempo fui obteniendo las cosas que quería y pasé al óleo. Durante muy poco tiempo probé con el naturalismo. Pasé al informalismo, estilo que nunca abandoné.

- ¿Se arrepiente de haber aceptado alguna obra de arquitectura?

- Mal puedo arrepentirme de algunas de mis obras ya que casi todas ellas las gané por concurso. Me gusta presentarme a ellos. Se gana y se pierde, pero en todo su desarrollo me divierto mucho. Esto es muy importante: divertirse con lo que uno hace. Sí, ya sé que no es demasiado común, pero a mí me ha tocado esa suerte.

- ¿Qué opina de las construcciones cada día más altas?

- Para nada estoy en desacuerdo. Todos los estilos responden al tiempo en el que se vive y yo no tengo el menor inconveniente en adaptarme a mi época. Me gustan las torres que parecen inacabables en su altura.

- Usted alguna vez dijo que un edificio debe ser evaluado diez años después de inaugurarse. ¿Sigue creyéndolo?

- Sigo encontrándolo atinado. No sólo porque en 10 años pueden cambiar ciertas concepciones sino también porque ese lapso da la oportunidad de ver cómo puede envejecer la obra encarada, si se han tomado todos los recursos para que su vejez sea digna.

- ¿Choca con sus comitentes o su prestigio lo libera de esos choques?

- No, raramente choco. Pero más que por mi presunto prestigio, como usted dice, eso se debe a que la gente que acude a mí sabe cuál es mi forma de trabajar, mi estilo, cuáles son las cosas para las que estoy más capacitado. Además, soy de la idea de que cada uno, en la medida de sus posibilidades, debe vivir como realmente quiere, y ¿quién soy yo para doblegar una voluntad que tiene que ver con el estilo de vida al que aspira?

- ¿Entonces el arquitecto no tiene que tener un estilo?

- Por supuesto que debe tenerlo, pero adaptándolo a lo que se le pide. Es decir, obtener lo que el comitente quiere utilizando sus propias convicciones artísticas y profesionales. Si un señor me pide un baño de un metro y medio por un metro y medio, le señalaré los inconvenientes que esa extravagancia puede traerle y, luego, lo que resulte de la consiguiente negociación, trataré de proyectarlo de la forma más eficiente posible. Si una señora quiere ese baño con medidas de cinco por cinco metros porque le gusta ensayar ballet en ese ámbito, trataré de obtener algo razonable y el resultado lo volcaré en un proyecto en el que todo sea armonioso. Dentro de las soluciones que me son más afines, trataré de que esta señora pueda bailar en ese lugar.

- Háblenos del entorno. Hay gente que opina que al edificio del banco de Boston (actual Hipotecario) le falta cielo abierto, más verde.

- El entorno es un componente importante de la arquitectura. Si el banco tuviera mucho cielo y verde, grandes espacios libres, el proyecto habría sido encarado en forma totalmente distinta. El entorno del (ex) Banco de Londres son edificios y gente casi podríamos decir enajenada por sus actividades. No habría sido lógico rodearlo de un paisaje bucólico o idílico. Lo proyecté de esa manera porque su dureza coincide espiritualmente con la dureza de lo que espiritualmente alberga un banco.

- ¿Le gusta Gaudí?

- Me gusta. Fue un artista muy personal, y esos recursos personales eran tan marcados que nadie continuó con su obra. Fíjese que no tuvo seguidores ni imitadores.

- ¿Barcelona sería distinta si no lo hubiera atropellado ese tranvía?

- Tendría más puntos demostradores de una gran personalidad, como lo tiene ahora, pero no crea que Gaudí construyó tanto. Muchos creen que Barcelona es una especie de catálogo Gaudí. No son tantas las obras encaradas por él, pero sí lo suficientemente imaginativas como para destacarse y convertirse en íconos.

- ¿Le gusta la arquitectura del siglo XVIII o XIX?

- Sí, para su época tiene cosas muy logradas.

- ¿Y si ahora, en 2012, se construyera un edificio con ese estilo? Me refiero a las columnas, a las mansardas.

- Me parece un disparate. Eso se debe a que la gente no tiene criterio, es gente que cree que el máximo de cada una de las cosas tiene domicilio en París… Deberían tomar conciencia de que los edificios, ahora, no están hechos para gente que usa pelucas empolvadas. Y en pintura pasa lo mismo.

 - ¿Es conservacionista?

- Considero que hay cosas que merecen preservarse, otras que no. No me parece razonable tomar cien manzanas y decidir que no deben cambiar por ningún concepto. Una de las cosas más atractivas de una ciudad es el cambio, algo que Buenos Aires tiene de sobra. Es por eso que podemos ver medianeras que iluminan la ciudad.

© LA GACETA

Perfil

Clorindo Testa nació en Nápoles, el 10 de diciembre de 1923. Se recibió de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires en 1948 y siguió sus estudios en Europa. La de Le Corbusier fue su mayor influencia. En 1952 presentó su primera muestra individual de pintura. En 1961 obtiene el Premio Nacional de Pintura del Instituto Di Tella y cuatro años después el Premio Arte de América en la Bienal IKA. En 1962 gana el concurso para el nuevo edificio de la Biblioteca Nacional. Diseñó el Centro Cívico de Santa Rosa, el ex Banco de Londres, el Balneario La Perla y el Buenos Aires Design Center. Desde 1975 integró el Grupo CAYC, con el cual obtuvo el Gran Premio de la Bienal de San Pablo. Recibió el doctorado honoris causa de la UBA, fue designado ciudadano ilustre de Buenos Aires y era miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes. Murió en Buenos Aires, el 11 de abril de 2013.

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