Se abrió una nueva puerta al arte en la Sociedad Francesa

La transformación del salón principal permitirá sumar espectáculos y actividades culturales

EL FLAMANTE PÓRTICO. Se abrió sobre la parte este del salón principal. EL FLAMANTE PÓRTICO. Se abrió sobre la parte este del salón principal.

Este 14 de Julio, fiesta por excelencia en el mundo francoparlante, no fue uno más para la Sociedad Francesa tucumana. La celebración vino acompañada por nuevas obras en la señorial sede de Juan al 700, cuya fisonomía va cambiando a medida que avanza el plan puesto en marcha por la comisión directiva. En este caso se trata de una modificación sustancial en el salón principal del edificio, a partir de la apertura de un pórtico que le brinda nuevas y originales posibilidades de funcionamiento.

Es toda una sorpresa para quienes visitan la Sociedad Francesa encontrarse con este cambio estructural. Cuenta Gerardo Isas que la apertura de este pórtico estaba planificada allá por 1928, pero se la desechó en su momento. En base a aquellos planos originales se retomó la idea y el resultado es la incorporación de una nave transversal en el salón.

El pórtico -de 4,5 por 7 metros- enmarca un espacio que se destinará a albergar el antiguo y valiosísimo piano de cola, cuya recuperación lleva adelante Oscar Ledesma en estos momentos. Será una suerte de segundo escenario, delimitado por una tarima, que se sumará al central que todos conocemos. La restauración del piano, llegado a Tucumán allá por 1907, contempla tanto el mueble como la maquinaria.

14 DE JULIO. Los socios acudieron a conocer cómo marchan las obras. 14 DE JULIO. Los socios acudieron a conocer cómo marchan las obras.

“Esta obra es una apuesta a las artes visuales y a las artes escénicas que estamos haciendo”, explica Isas, integrante de la Comisión de Arquitectura de la Sociedad junto a Guillermo Soler y a Marcelo Valdez. De la dirección técnica de los trabajos se encarga Facundo Perone. Isas habla de las nuevas forma de aprovechamiento del espacio que se van implementando y cómo el pórtico ayudará en ese sentido, y pone como ejemplo la puesta de “Bodas de sangre” que hizo Marcos Acevedo. En ese caso prescindió del escenario principal y ambientó todo en el salón.

Con ese criterio se explica la decisión de quitar los espejos del salón, los que fueron cuidadosamente desmontados y guardados en el depósito. Ahora se multiplica el espacio en los muros para colgar todo tipo de obras de arte. También se preparó la infraestructura para incorporar otras fuentes de iluminación. “Todo se hizo con recursos propios”, consigna Isas, y promete que la inauguración oficial será dentro de pocas semanas, cuando el piano de cola esté listo para volver a brillar.

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