Víctor Valle, director general de Google Argentina, literalmente cerró el 3º Encuentro de Empresarios del Norte de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) celebrado este jueves en el hotel Hilton Garden Inn. El máximo ejecutivo local de la compañía que emplea a 180.000 trabajadores gracias a sus servicios tecnológicos innovadores, que abarcan desde Gmail hasta aplicaciones de inteligencia artificial (IA), fue uno de los últimos que abandonó el salón después de fotografiarse y de conversar con quienes se acercaron a saludarlo. Llano, directo y cercano: así se presentó Valle en San Miguel de Tucumán, donde dijo que no era la figura “más importante” de Google Argentina, y defendió la necesidad de que los seres humanos se sientan bien dentro y fuera de sus trabajos. Durante la entrevista pública con la vicepresidenta de ACDE Tucumán, Fedora Viviani, el empresario afirmó que para Google las personas eran lo primero. “Si un producto gusta y se usa, se hallará la forma de ganar plata”, aseguró.
Con fotos de momentos icónicos de su historia y de sus afectos, donde tuvieron un lugar destacado los cuatro hijos que adoptó junto a su esposa María, Valle desarrolló su visión acerca del tema que le asignaron: “Empresa, tecnología y humanidad. Cómo se unen estas tres categorías para obtener beneficios en la vida interior, familiar y social”. El director recordó que allá por los orígenes de Google, los fundadores habían invertido dos años en el perfeccionamiento del célebre buscador de internet antes de encontrar la forma de monetizarlo. “Con los nuevos productos que lanza, la empresa no sabe si obtendrá ingresos. La apuesta, entonces, es que si al usuario le gusta, encontraremos la manera de generar dinero. Eso está pasando ahora con la IA, pero es un principio ordenador porque no importa el área en la que estemos, todos trabajamos en función de lo que es mejor para el usuario. Ese foco hace que Google vaya bastante rápido”, comentó.
El ejecutivo contó que su empresa busca que el personal esté contento y pueda desarrollar sus ideas innovadoras sin que “los jefes se pongan celosos” en una cultura meritocrática: “tratamos que la gente pruebe cosas nuevas. Pensar en el usuario significa hacer la vida más fácil a las personas”.
Fue el primer empleado de la filial argentina y hace dos años la lidera: al dar un ejemplo acerca del bienestar que promovía Google, Valle comentó que cuando él y su esposa adoptaron a sus chicos, se le planteó la incertidumbre acerca de si podría tomarse los tres meses de licencia por paternidad que le otorgaban. Y agregó que hizo caso a una recomendación, y escribió un e-mail a sus compañeros para contarles la situación por la que estaba pasando. “Recibí muchísimo respaldo y pude, finalmente, estar presente durante los primeros meses de mis hijos en casa. El amor es acción y, cuando adoptás, necesitás ayuda”, definió.
En 25 años de funcionamiento, Google mantuvo esa posición que al comienzo era disruptiva de hacer que el trabajo sea algo lúdico, según Valle. “Lo que no cambió en ese tiempo es la posibilidad de compartir y de divertirse, y de ser serios sin ser tan serios”, manifestó.
Con efusividad
El bloque de Valle y de Viviani coronó una jornada febril promovida por ACDE, que incluyó varios paneles inspiradores, y donde intervinieron dos secretarios de Redacción de LA GACETA: Federico van Mameren con una reflexión acerca de la reforma electoral y José Názaro como conductor de la actividad. Al tomar la palabra, el director de Google subrayó varias veces la importancia de fomentar la curiosidad y la lectura, y hasta contó que durante un tiempo se juntaba a estudiar textos de filosofía con el ingeniero e intelectual católico fallecido Enrique Cassagne. Creyente en la providencia divina y en el Espíritu Santo, Valle hizo una confidencia: “siempre rezo antes de tomar una decisión difícil”.
En el tramo que dedicó a la IA, el orador explicó que, pese a la novedad que representaba para muchos, no era algo nuevo en Google puesto que llevaban casi dos décadas trabajando en ella. Sobre los temores que esta tecnología despierta, Valle manifestó que creía que aquella iba a ser usada en el 60% de los casos para mejorar la productividad, por ejemplo, escribir un e-mail, un discurso o un poema; en el 30% de las ocasiones para generar espacios de creatividad distintos y en el 10% de las veces para favorecer “la parte relacional”. Al respecto, Valle detalló que él aplicaba la regla de terminar la semana sin correos electrónicos pendientes y, que en ese afán, le había pedido a la inteligencia artificial que lo ayudara a felicitar efusivamente a alguien, algo que esa tecnología hizo mucho mejor que él, que no era alguien efusivo.
“El ser humano siempre será irreemplazable, pero la inteligencia artificial nos va a permitir a hacer más cosas con un poco menos de esfuerzo. En Google estamos a favor de que eso suceda con principios éticos y por eso nos parece bien que exista una regulación, que no haya sesgos ni se perpetúen injusticias…”, afirmó Valle. Cuando la entrevistadora Viviani le preguntó si esas pautas comprendían el respeto por los derechos de autor, el ejecutivo respondió: “es un tema para discutir. Siempre las leyes van un poco atrasadas, pero son todas discusiones que hay que tener”.
En otro tramo de la conversación, el “googler” convocó a pararse en un punto medio en cuanto a la tecnología: “no hay que ser ni tecnofanático ni tecnófobo. Es una realidad que existe, y más vale amigarnos con ella y usarla para nuestro bien, pero debemos saber que no va a solucionar nuestros temores principales: el miedo a morir, el miedo a sufrir y el miedo a la soledad. La tecnología no te sacia como el contacto de los otros seres humanos”.
Hacerlo otra vez
“¿Qué te duele y qué te enamora de la Argentina?”, interrogó Viviani, directora de Sheraton Tucumán, a Valle. “Como argentinos nos tenemos que hacer cargo de la Argentina y no echar la culpa a otro. Como país tenemos todo para salir adelante y ya lo hicimos una vez con (Domingo Faustino) Sarmiento cuando el 60% de la población era analfabeta y ahora debemos hacerlo de nuevo”, respondió. Y agregó que si bien le encantaba viajar y había dado la vuelta al planeta, quería vivir y hacer un aporte aquí: “es el lugar donde deseo ver crecer a mis nietos. La cultura que tenemos es única… como el valor que damos a la familia y a la amistad. Todavía es posible conversar con un taxista un día cualquiera”.
En el plano de su posición como padre de familia, Valle acotó que en su hogar se limitaba la exposición a las pantallas y a internet, y que usaba una aplicación de control parental de Google, Family Link, que cortaba la conexión a las 21.30. “Es terrible la discusión con los adolescentes. Nuestros hijos tienen que pedirnos permiso con el ‘streaming’ y pueden usar la ‘play station’ dos días a la semana. Se trata de negociar todo el tiempo”, confesó. Y agregó que una de sus hijas, Jimena, había expresado con mayor intensidad el deseo de trabajar en la tecnología: “yo lo aprovecho para decirle que estudie mucho. Lo que queremos es que ella y sus hermanos sean felices, y desarrollen con plenitud los dones que Dios les dio”.