Al cabo de casi un año de problemas con el funcionamiento de los semáforos capitalinos, se ha dado a conocer en estos días que la empresa que se ocupaba del mantenimiento de aproximadamente el 70% de ellos ha regresado para repararlos, al tiempo que reclama por una millonaria deuda. La noticia, que por un lado ha dado lugar a expectativas de que estos artefactos volverán a contribuir a regular y ordenar el tránsito, también genera inquietud por el gasto que implica asumir una deuda de la que no había noticias. Las nuevas autoridades están estudiando el asunto –según ese informó, ya se está avanzando en la renegociación de la deuda con el fin de normalizar la prestación del servicio- y al mismo tiempo un ex funcionario de la Municipalidad ha aseverado que “de ninguna manera es cierta la deuda reclamada” y aseveró que la empresa “incurrió en incumplimientos varios” y “en los últimos meses abandonó sus prestaciones”. El conflicto es llamativo e inquietante, toda vez que en las numerosas veces que se trató el tema del mal funcionamiento de los semáforos en el último año en ningún momento hubo noticias de este problema, excepto que la empresa se había retirado.
La capital tiene 383 complejos semaforizados, de los cuales 247 habían estado a cargo de la empresa, la cual, según el ex secretario de Obras Públicas, en diciembre pasado “comunicó el cierre de sus oficinas en Tucumán y el cese de las prestaciones a las que estaba obligada”. Otro funcionario, el ex subsecretario operativo de Tránsito, había dicho en abril que “cuando el intendente armó un pliego (pedido de licitación) para un nuevo mantenimiento, se puso como condición que las empresas tengan un stock de repuestos para no estar dependiendo de compras al exterior... Es que el gran problema que tenía esta empresa era que cuando se rompía algo, no conseguía repuestos. Se ve que no les gustó la medida y finalmente decidieron irse de la provincia. Con eso se llevaron todo el sistema de computación que se encargaba de controlar los semáforos… por ahora, nos encargamos nosotros de las reparaciones, pero no se consiguen repuestos”.
Así las cosas, se fueron sucediendo los problemas con los semáforos, que además de sufrir vandalismo –se dijo que, por ejemplo, el robo de 80 metros de cable había afectado el funcionamiento de los aparatos de la avenida Mate de Luna y Colón- y quema de plaquetas y fuentes, y falta de repuestos, había habido problemas de cortes de energía y que a eso se sumaba que una alta proporción de los semáforos tiene más de 25 años. Llama la atención que nadie de la empresa haya salido a explicar su abrupta salida. Tampoco se sabe si la Municipalidad inició algún tipo de reclamo. El hecho de que las nuevas autoridades estén renegociando la deuda y ya hayan contratado el servicio indicaría que no lo hubo. Pero no hay claridad al respecto.
El nuevo secretario de Obras Públicas dijo que el 20% de los semáforos (80 aparatos) tiene fallas y que el plan de recuperación demandará al menos 60 días. Los representantes de la empresa, al mismo tiempo que plantearon la deuda, dijeron que tienen todo el sistema georreferenciado “de los 400 cruces” para volverlo a la normalidad en breve. Es de esperar que esto ocurra cuanto antes, porque estos aparatos son vitales para la circulación de una ciudad con calles angostas que se ha visto sobrepasada en su crecimiento. También sería importante que se resuelva con claridad el conflicto con la empresa. Una municipalidad debe funcionar aceitadamente tanto en lo operativo como en lo legal, institucionalmente, más allá de quienes la administren políticamente.