La semana pasada informamos sobre los inconvenientes de la recién finalizada campaña citrícola 2023, ya que los precios del limón como fruta y productos industriales tuvo una caída importante, a lo que se sumó una fuerte suba de los costos productivos. Según Betina Ernst, de TopInfo, los precios bajos se están dando fundamentalmente en la industria, a la cual se envía el 70% de la producción. Las industrias demandan menos limón y los valores pagados no son rentables, indico en su tradicional informe.
En contraposición a los limones, la campaña de los cítricos dulces fue positiva. Esto se debió a la buena respuesta del mercado interno. Como consecuencia de los tres años de intensa sequía, la producción de este año fue muy baja. Se estima que la cosecha cayó entre un 30% y un 40% por debajo de lo habitual. El inicio del año se mostró poco prometedor, pero luego, a medida de que se desarrolló la campaña, empezó a llover. Las lluvias fueron abundantes, a tal punto que el año finaliza con un exceso hídrico en varias localidades.
La fruta, con menor número por árbol, pudo aprovechar el aporte de agua, y adquirió una buena calidad interna y externa. El resultado fue una menor cosecha, pero de buena calidad, que se logró vender muy bien en el mercado interno. Los precios superaron a los de otros años -teniendo en cuenta la inflación-, y también al de otras frutas. Esto no es común, ya que tradicionalmente las mandarinas y naranjas son las frutas más económicas -llegan a valer la mitad que otras frutas-. Pero este año compitieron a igual con las peras, manzanas, sandías o uvas.
Por otro lado, y a contramano de lo que está pasando con el limón, la industria procesadora de naranja está en falta con materia prima, por lo cual ofrece precios muy atractivos. La retracción que se está dando en los grandes productores de naranjas -Florida y Brasil-, como consecuencia de las enfermedades y plagas, llevó a una escasez de naranjas-industria a nivel mundial. Por lo cual hay un gran interés por parte de la industria del jugo por abastecerse de naranjas.
El tercer destino de los cítricos dulces, la exportación en fresco tuvo poca incidencia en la campaña que está por finalizar. La menor producción fue absorbida por el mercado interno o por la industria, porque era poco atractivo enviarla al exterior. Hace años los cítricos dulces argentinos sufren debido a su falta de competitividad en los mercados externos -costos internos elevados, restricciones sanitarias, dólar bajo, falta de convenios y tratados con los países compradores, elevados aranceles, etcétera-.
Hace años la exportación de mandarinas se reduce cada vez más. Las 100.000 toneladas exportadas hace 10 años se redujeron a 25.000 toneladas en la actual campaña. A excepción de Latinoamérica, todos los otros destinos recibieron menos que en 2022 y que en años previos.
También las naranjas sufren una retracción de sus exportaciones, pero menos marcada que las mandarinas. De las 100.000 toneladas exportadas hace 10 años, se pasó a entre 60.000 toneladas y 80.000 toneladas. Pero en la campaña que está por finalizar fueron apenas 30.000 toneladas. También en este caso se redujo la exportación a todos los destinos.
Luego de muchos años en los que el limón fue la estrella del sector, este año la situación se revirtió y los favorecidos fueron los cítricos dulces. Es muy difícil anticipar si esto se repetirá el año que viene, ya que muchos factores determinan el éxito o no de una campaña. Pero el panorama actual para el limón es delicado, mientras que el de los cítricos dulces se presenta favorable.