Los árboles forman parte sustancial de la vida ciudadana. En épocas de fuertes vientos y de tormentas suelen proporcionar tristes noticias por los daños que causa la caída de ejemplares o de ramas pesadas. En los momentos de intenso calor se aprecia su sombra en las calles y la incidencia para bajar las altas temperaturas. Y en medio de la fuerte contaminación urbana, unida al tránsito intenso, se reconoce que los árboles aportan oxígeno a la población. Su colocación, su mantenimiento y su extracción son responsabilidad de las autoridades y es importante que estas sigan programas coherentes al respecto.
Por ello es importante la puesta en marcha que se ha hecho la semana pasada del Plan de Poda Responsable en la capital, con el objetivo de preservar el arbolado urbano y prevenir accidentes. Para estos trabajos, que ya comenzaron en los parques 9 de Julio y Avellaneda, el Municipio informó que contrataron los servicios de la empresa Ecopoda, que se especializa en la poda de altura y cuenta con grúas que permiten alcanzar las ramas de árboles de gran porte, además de un sistema para el procesamiento de los desechos vegetales generados durante ese proceso y su posterior reutilización como compost.
La intendenta Rossana Chahla precisó que el programa incluye la conformación de un inventario de todo el arbolado urbano, para detectar aquellos que requieran un cuidado especial por su deterioro. Esto será acompañado con tareas de forestación. El secretario de Servicios Públicos recordó que la capital tiene muchos árboles añejos y en condiciones sanitarias que no son las adecuadas, y que la poda ha de controlar la formación y el balance de los árboles. Al respecto, es de esperar que el sistema de poda mantenga específicamente los criterios distintos según los ejemplares y el fin que se persigue -las podas de formación, de pinzamiento, de saneamiento, ornamental, de fructificación, de rejuvenecimiento y poda tras la floración-. Por su parte, el director de Arbolado dijo que, de manera paralela, el Municipio avanzará con un esquema de forestación, con la incorporación de especies nativas y aptas para distintos terrenos.
Las ciudades afrontan la herencia de políticas descuidadas con el arbolado. Se plantan ejemplares inadecuados, muchas veces por estética o según sus posibilidades de rápido crecimiento. También hay trabajos que afectan la vida de los árboles, como los de mantenimiento de media tensión; o las excavaciones que se hacen para renovar los tendidos de gas, agua u otros servicios. Según un experto, hoy se cuenta con los conocimientos técnicos y el equipamiento necesario para disminuir los riesgos de que un árbol se desprenda de raíz o genere daños. “Para erradicar dichos temores o desenlaces trágicos es fundamental empezar a reemplazar los árboles en mal estado por otros de especies nuevas que se adapten mejor al clima y las condiciones del suelo tucumano”, apuntó el especialista.
En esta lista figuran los lapachos (al ser nativos) y los fresnos por su correcto desarrollo sin convertirse en invasores. Se prohíbe la plantación en la vía pública o tejido urbano de álamos y eucaliptos debido a su desarrollo desmedido. En otras provincias, profesionales botánicos sugieren evitar los plátanos de sombra, al incrementar las alergias en personas sensibilizadas.
Todo esto debe ser tenido en cuenta en la política sobre el arbolado, tanto en la poda como en la puesta y el reemplazo de los ejemplares. Este plan que se acaba de lanzar bien parece ajustarse a estas necesidades, y sus resultados comenzarán a apreciarse a fin de año, cuando llegue la época de las tormentas.