Llamados desesperados al servicio 911. Vecinos tratando de hacer llegar una manguera o corriendo de un lado a otro con baldes con agua. Policías colaborando con lo que pueden en vez de hacer tarea de prevención. Bomberos voluntarios arriesgando sus vidas para evitar que las llamas sigan expandiéndose por los cañaverales. Automovilistas lanzando insultos a los cuatros vientos cuando deben atravesar densas nubes de humo que invaden las rutas que transitan. Esas son algunas de las postales que se pueden observar cada vez que hay un incendio en un campo o a la vera de los caminos.

“Tenemos al menos tres denuncias por día de este tipo de ataques”, reconoció el jefe de la Unidad Regional Este Carlos Daniel Ruiz. “Normalmente actuamos de oficio por el llamado de los vecinos, pero a las pocas horas aparecen los propietarios para denunciar que desconocidos les prendieron fuego”, añadió el funcionario en una entrevista con LA GACETA.

Entre el viernes y ayer, los efectivos estuvieron a las corridas. Se reportaron importantes incendios en Bella Vista, Colombres, Los Bulacio, Campo La Flor, Delfín Gallo y Ranchillos.

Juan Cajal es un cañero de ese sector de la provincia. “Estamos cansados de sufrir todos los años lo mismo. Viene un maldad con un encendedor y hace un desastre. No sólo molesta a todo el mundo, sino que además nos perjudica. Está comprobado que quemar no es bueno y ningún productor lo hace”, explicó.

ESFUERZO. Un efectivo policial intenta sofocar el fuego con una pala.

La situación más grave se vivió en Colombres. La Policía con los bomberos voluntarios tuvieron que hacer todo un operativo para que las llamas no saltaran de cañaveral a cañaveral. “Agosto es tremendo. Por la sequía y por el viento, un ‘chistecito’ de estas características puede hacer un desastre. La gente tiene que entender que esto no es joda. Hay casas que están entre los campos y, si no se actúa rápido, perderán todo. Hasta la vida”, expresó Luciano Martínez, de Bella Vista.

El comisario Ruiz explicó que son varios los problemas que generan estos ataques incendiarios. “Lo primero y más importante es que ponen en peligro a los vecinos de los cañaverales y al personal que acude a sofocarlos. No es sencillo controlar las llamas y más si tenemos en cuenta que normalmente se registran en zonas rurales, donde no se cuenta con los servidores públicos y herramientas para llevar adelante esa tarea”, indicó el funcionario.

El jefe de la Regional Este también explicó cómo actúan después de que se reciben las denuncias. “Hacemos un informe sobre los daños y lo elevamos al Ministerio Público. A partir de ahí tratamos de identificar a los autores de los incendios, pero no es sencillo”, aclaró. “Nos entrevistamos con los productores y ellos se lamentan por no tener los recursos para poder vigilar todos sus campos”, finalizó Ruiz.

“No van a parar hasta que haya una tragedia. Las personas que vivimos cerca de un cañaveral vivimos aterradas. El sonido de las llamas es ensordecedor. En cualquier momento habrá una víctima fatal y todos se lamentarán por la irresponsabilidad de algunos que se creen pícaros”, sostuvo Esteban Fuentes, vecino de Manantial Sur.

Una reunión

“Una de las consecuencias que trae la helada, más en este mes de agosto, tiene que ver con la situación de los cañaverales. Estamos detectando mucha quema de caña. Vamos a ser implacables con este tema”, afirmó el ministro de Economía Daniel Abad en un encuentro que se realizó días atrás en la Casa de Gobierno.

El funcionario alertó que también estaban detectando quema en las banquinas de rutas y caminos. “Vamos a aplicar con mucha rigurosidad la ley porque no permitiremos que intencionalmente se prendan fuego los campos”, planteó.

LAS PRUEBAS. El humo es parte del paisaje del este tucumano.

Según Abad, se trata de una práctica que se desarrolla porque, de alguna manera, disminuye los costos de cultivo. “Pero no vamos a permitirlo porque es ilegal, pone en peligro la vida de la gente, las empresas, las fábricas y el tendido eléctrico de alta tensión”, puntualizó.

Del encuentro también participaron el ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa; el secretario de Producción Eduardo Castro; el director técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) Daniel Ploper; y el jefe y subjefe de la Policía Joaquín Girvau y Roque Yñigo, respectivamente.

La quema de caña debe seguir cayendo

“Vamos a perseguir a aquellas personas que produzcan estos daños, que la mayoría de los casos son intencionales”, dijo Agüero Gamboa, quien hizo hincapié en la Ley N° 6.253, que prohibe la quema de caña de azúcar. “Trae un gran daño a la sociedad, que corre un gran peligro, ya sea a través de las instalaciones eléctricas o el humo que lleva complicaciones en las rutas, bajando la visibilidad, lo que puede ocasionar accidentes de tránsito”, sostuvo.

Y concluyó: “Las implicancias de la quema de pastizales o de caña son graves. Teniendo una ley penal que nos avala, vamos a ser implacables con respecto a esto y vamos a llevarlos a la justicia hasta las últimas consecuencias”.