La contaminación ambiental es una amenaza para la salud pública. Un estudio desarrollado por los especialistas del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC) descubrió que la contaminación atmosférica es “la mayor amenaza externa para la esperanza de vida humana”. Desde ese instituto aseguran que es comparable con el tabaquismo y “más de tres veces superior al consumo de alcohol”. Por eso, esta institución decidió lanzar un nuevo fondo para extender monitores de calidad de aire a zonas comprometidas en todo el mundo. “Este estudio revela que Tucumán es la provincia con mayor contaminación en la región del Norte Grande, lo que podría reducir la expectativa de vida de sus habitantes en alrededor de dos años”, explicó Rodrigo Gibilisco, doctor en Química y especialista en atmósfera.

Las mediciones realizadas por expertos locales fueron tan reveladoras que el instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago en EEUU (EPIC) financiará a sus desarrolladores para implementarlo en provincias vecinas, donde el problema es también muy preocupante.

Los fondos llegarán dentro de dos meses y a partir de allí replicarán el modelo tucumano en la región. “Estamos muy contentos por esto. Es un momento difícil en el sistema científico por eso es importante tener la posibilidad de este financiamiento internacional”, menciona.

¿En qué consiste el proyecto?

Desde 2023 Gibislisco, miembro del Laboratorio de Investigaciones Atmosféricas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y su equipo, han colocado sensores y filtros para monitorear el aire en diversos puntos de la provincia y de la capital. El trabajo ya obtuvo datos precisos para entender cuán contaminado está el aire que respiramos los tucumanos.

“Tucumán tiene que poner el foco en disminuir la contaminación por los problemas que eso produce en la salud de la población. Hoy contamos con datos obtenidos en el sistema provincial de salud y podemos comprobar que hay un incremento en las consultas por enfermedades respiratorias durante los meses de invierno, que coincide con los focos de incendio en Tucumán”.

La red de monitoreo ocupa casi toda la provincia de Tucumán. “Hemos monitoreado durante todo el 2023 como fue la calidad de aire día por día, hora por hora. Sabemos cómo cambia en cada estación del año por eso conocemos que durante los meses de invierno con la quema de cañaverales y pastizales en invierno, la situación se agrava”, resume.

Algo huele mal en Tucumán

También se habla de olores en la provincia en esta época. Se trata de compuestos volátiles orgánicos que si bien aún no están identificados, los científicos locales trabajan en un proyecto para lograrlo.

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“Determinar los Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) en una ciudad con malos olores es crucial para identificar las fuentes contaminantes y mitigar sus efectos en la salud pública y el medio ambiente. Los COV pueden ser emitidos por diversas fuentes, como industrias químicas, vertederos, plantas de tratamiento de aguas residuales y el tráfico vehicular. Entre los COV tóxicos que podrían generar olores desagradables se encuentran el benceno, el tolueno y el formaldehído, todos ellos asociados con riesgos para la salud como el cáncer y problemas respiratorios”, alerta Gibilisco.

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Estos compuestos suelen tener un olor fuerte y persistente que puede resultar molesto para los habitantes. “Por otro lado, existen COV menos tóxicos, como algunos aldehídos y cetonas, que también pueden producir olores desagradables, aunque no representan un riesgo tan alto para la salud”, aclara el especialista.

Para avanzar en la investigación los expertos buscan fondos que financien su trabajo. “Su estudio se realiza mediante técnicas de monitoreo del aire, como la cromatografía de gases, que permiten identificar y cuantificar los contaminantes presentes. Es importante realizar este tipo de estudios porque, además de causar malestar por los olores, los COV tóxicos pueden deteriorar significativamente la calidad del aire y afectar la calidad de vida de la población, por lo que su control es esencial para garantizar un entorno urbano saludable”, explica Gibilisco que se esperanza en encontrar financiamiento para este trabajo.