La Justicia le dictó la prisión preventiva por 16 días al docente que habría abusado de dos niñas a las que daba clase de apoyo. Ahora, mientras los vecinos son frenados por las autoridades para no tomar represalias, se investiga si no cometió otros ataques de estas características.
El domingo, dos mujeres se presentaron en la seccional 15° para denunciar al joven de 23 años que les daba clases particulares a sus hijas en un barrio del sur de la ciudad. Según consta en el expediente judicial, una de las mujeres advirtió la situación porque fue la pequeña la que le comentó lo que sucedía. Después de escucharla, la madre de la niña fue a contarle lo sucedido a una vecina que también enviaba a su hija para que le enseñara el docente. La mujer le preguntó a la niña, que terminó relatando que también había sufrido ataques.
Las víctimas coincidieron con su relato sobre lo sucedido. La particularidad del acusado era que sus clases siempre estaban destinadas a una sola alumna, lo que le habría facilitado concretar los abusos. Personal de la comisaría 15°, al mando de los comisarios Martín Ávila y Eduardo Luna, solicitó instrucciones a la fiscala Adriana Reinoso Cuello, quien ordenó la aprehensión del acusado. La medida se concretó el domingo a las 14 cuando una turba de personas quería hacer justicia por mano propia.
La auxiliar Pilar Sampayo, siguiendo las instrucciones de la fiscal Reinoso Cuello, pidió que se lo acusara de abuso sexual simple agravado por ser cometido por persona encargada de la educación, reiterado en modalidad de delito continuado. También solicitó que se le dicte la prisión preventiva por 59 días, planteo al que se adhirió el querellante Humberto Castaldo que anunció que no sería extraño que al hacerse público el caso surjan nuevas denuncias. “Estamos recibiendo testimonios y no descartamos que haya más víctimas. También falta que se analicen todos los dispositivos que se secuestraron”, indicó. La defensora Emilia Ledesma se opuso a todos los pedidos de la fiscalía y solicitó que se declare ilegítima la aprehensión, al considerar que la Policía lo hizo para protegerlo de la furia de los vecinos. También denunció que estaba sufriendo castigos físicos por parte de los compañeros de encierro. El juez Guido Buldurini resolvió declarar ilegítima la aprehensión; dictarle la prisión preventiva por 16 días o hasta que se conozcan los resultados de la Cámara Gesell. También dispuso que el procesado sea trasladado al penal de Villa Urquiza y solicitó expresamente que sea asesorado por un defensor oficial para que sepa cuáles son sus derechos.
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