La vuelta a los entrenamientos de Atlético se dio en un contexto muy diferente al de la semana pasada. Esta vez, luego de transitar un fin de semana de reflexión profunda, Facundo Sava se volvió a reunir con sus futbolistas con el objetivo de empezar a preparar el duelo contra Belgrano. El 4-1 que le propinó River fue un golpe duro, pero puertas adentro asumieron culpas y reconocieron errores. Incluso, el foco sigue siendo el mismo.

En 25 de Mayo y Chile todo el mundo espera volver a los planos internacionales. Por eso no hay tiempo para lamentos.

El equipo exhibió buenos momentos a lo largo de la Liga Profesional, muy lejos del desastroso rendimiento que había mostrado durante el primer semestre. Justamente, esos resultados de la primera parte del año son los que mantiene al equipo al margen de la clasificación a copas internacionales.

Más allá de lo estadístico, que hoy lo encuentra a siete puntos de Lanús (el último que ingresaría a Copa Sudamericana), hay tres aspectos clave que el equipo debe mejorar si quiere alcanzar ese sueño: sumar puntos como visitante, fortalecerse de los malos resultados, y aprovechar estratégicamente los parates.

El rendimiento de Atlético fuera de casa es un gran obstáculo en su aspiración a pelear arriba. De los 14 partidos jugados fuera del Monumental en 2024 el equipo sufrió ocho derrotas.

Las caídas contra Instituto (3-0), Barracas Central (2-0), Riestra (1-0), Banfield (3-0), Talleres (4-1 y 2-0), Huracán (4-0), Rosario Central (1-0) y River (4-1) no sólo reflejan una falta de solidez, sino también una desconexión general del equipo cuando juega afuera de Tucumán.

Esa incapacidad de sumar puntos de visitante es una de las principales razones por las que el equipo no pudo lograr despegar en la tabla. Además, empató cuatro veces y consiguió sólo dos triunfos: Barracas y San Lorenzo.

Esta racha negativa en condición de visitante no puede atribuirse a un solo factor. En la mayoría de los partidos se vio a un equipo que, lejos de Tucumán, parece perder identidad y tiene algunas dificultades para sostener la intensidad y la concentración a lo largo de los 90 minutos.

Los errores defensivos y la falta de contundencia en ataque son recurrentes. Es más, los triunfos llegaron en dos de los últimos cuatro partidos que jugó como visitante, con Barracas y con San Lorenzo. Contra River sufrió una goleada y contra Rosario Central cayó 1-0 aunque estuvo siempre concentrado en el partido.

Los puntos que se dejan en el camino cuando se juega afuera son cruciales en la pelea por un lugar en las copas. El equipo necesita empezar a corregir esto de inmediato si quiere tener chances en la recta final del campeonato.

El segundo aspecto que debe mejorar es la gestión interna de su cuerpo técnico, especialmente en términos de liderazgo y de motivación.

La reciente derrota contra River por 4-1 fue un golpe devastador para el equipo; no sólo por el marcador, sino en lo que significó en términos anímicos.

El entrenador, uno de los principales señalados tras esa caída, optó por el silencio al finalizar el partido, lo que generó incertidumbre dentro y fuera del plantel.

El cuerpo técnico no brindó respuestas inmediatas a lo sucedido en el campo. La falta de una comunicación clara tras la derrota dejó el interrogante sobre cómo el equipo podría levantarse luego de semejante golpe.

La decisión de Sava de no hablar antes de los partidos es entendible. Sin embargo, sorprendió que no haya brindado la conferencia pospartido, lo que le implicará una multa económica al “Decano”.

Más allá de todo, la respuesta del equipo comenzó a gestarse puertas adentro, cuando el plantel se reencontró en el complejo para empezar a preparar el choque con Belgrano.

Esta instancia es clave para la recuperación emocional del plantel. En el fútbol las derrotas duras pueden ser un punto de inflexión, siempre y cuando se utilicen como un motor de cambio y aprendizaje.

El trabajo del entrenador será fundamental porque las ilusiones de traer puntos de Buenos Aires eran altas.

El tercer punto que el “Decano” debe considerar es cómo aprovechar de manera eficiente el próximo parate por la fecha FIFA, programado entre el 10 y el 15 de octubre. En la última interrupción, Sava optó por darle días libres a sus jugadores; mientras otros equipos, como River, aprovecharon ese tiempo para realizar una minipretemporada.

El equipo dirigido por Marcelo Gallardo se concentró en un lujoso hotel de Pilar y realizó entrenamientos intensivos y una planificación táctica que quedó en evidencia con el último resultado.

Si bien los días de descanso formaron parte de una recompensa para los jugadores de Atlético después de vencer a Racing, también significaban un riesgo. El fútbol moderno exige una preparación constante y esos parates pueden ser utilizados para ajustar detalles, recuperar físicamente a los jugadores y trabajar en la táctica con mayor profundidad.

Atlético tiene la oportunidad de corregir lo que hizo en la última fecha FIFA y preparar de manera más rigurosa los partidos que se vendrán después.

El próximo receso llegará tras el partido que Atlético disputará contra Tigre, programado para el fin de semana del 6 de octubre y antes de la visita a Riestra, que se jugaría el fin de semana del 20 de octubre. Este tiempo será clave para que el cuerpo técnico ajuste las piezas necesarias y el equipo afronte los últimos compromisos de la temporada en óptimas condiciones.

Si el “Decano” tiene en mente pelear por la clasificación a una copa internacional deberá dejar de lado varias cuestiones.

La necesidad de mejorar como visitante y de aprovechar la derrota frente a River como puntapié inicial para la última parte del torneo, además el aprovechamiento inteligente del parate por la fecha FIFA, son los tres pilares sobre los que el equipo debe trabajar. Si logra ajustar esos puntos, tendrá buenas chances de soñar con estar entre los mejores y de volver al ese plano que todos añoran en 25 de Mayo y Chile.