El 70,3% de los lotes cañeros de la provincia ya fueron cosechados, según el informe que realizó la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) basándose en las imágenes satelitales del Sentinel 2A hasta el 3 de septiembre de 2024.

Las zonas del este y centro de la provincia muestran una mayor actividad de recolección, mientras que los campos al oeste y norte aún conservan materia prima. "En el informe satelital se nota claramente que el avance se dio fundamentalmente en la zona este de la provincia, que es donde se marcó la mayor incidencia de heladas", sostuvo el secretario de Producción, Eduardo Castro y añadió: "queda, aproximadamente, un 30% más para cosechar superficie, sobre todo en el lado oeste, donde igualmente se encuentra la mejor calidad de caña".

En esa línea, el funcionario explicó que "la estrategia dada para la cosecha en función de las condiciones climáticas, fue realmente buena".

En los monitoreos que realiza la Eeaoc también se destaca una importante reducción en la estimación de la caña a cosechar debido al impacto de las heladas y la quema accidental de cultivos.

"Por otra parte, también informa que ya se levantó el 69,9% de acuerdo a la cantidad de caña estimada para molienda de 17,5 millones. Es decir que queda el 30,1%. Con esta estimación, si no surge algún inconveniente, lluvia o algo que se puede presentar, como incendios en los cañaverales, la cosecha se daría hasta el mes de noviembre. Es decir, que a fines de octubre, principios de noviembre, estaría asegurada la zafra", explicó.

A pesar de los esfuerzos de los productores por evitar la propagación de incendios en sus campos, se han registrado 34.490 hectáreas quemadas hasta la fecha, una cifra significativamente superior a las 18.890 hectáreas del mismo periodo en 2023. La gravedad de las heladas y la desecación del follaje han aumentado el riesgo de incendios en la zona cañera. Sin embargo, este valor sigue siendo menor que el registrado en 2020, cuando se alcanzaron las 71.000 hectáreas afectadas por el fuego.

Finalmente, Castro remarcó que si bien la quema de cañaverales tuvo un impacto negativo en la producción de azúcar y quitó calidad de caña para la molienda, “dada la estrategia utilizada, no incidió en la manera que se pensaba que iba a incidir”.