Fue una charla a solas. Amena, pero sin grandes demostraciones faciales. Ambos saben que, en algún momento de la maratón electoral, tendrán que competir. Osvaldo Jaldo y Lisandro Catalán compartieron casi una hora de conversación informal. Fue el viernes a la noche, en uno de los patios de ingreso de la casona de la Sociedad Rural de Tucumán. El gobernador tucumano es uno de los aliados con mayor receptividad en La Libertad Avanza. El vicejefe de Gabinete del Interior, a su vez, se ha convertido en el receptor de todos los requerimientos de aquellos que acompañan la gestión del presidente Javier Milei. Ninguno suelta prenda respecto de qué le deparará el futuro político. Jaldo sabe que tiene ante sí un test electoral que va mucho más allá de los nombres que coloque en la lista de candidatos a diputado nacional por Tucumán. Catalán percibe que puede ser el hombre de la unidad en el rearmado de una desdibujada oposición en la provincia. Habrá cuatro bancas en disputa en los comicios de medio turno del año que viene. El resultado ideal sería dos a dos, teniendo en cuenta que el peronismo pone en juego dos y las otras dos la oposición. Pero nada está escrito con tinta. En la política suele usarse el lápiz, por aquello de que hoy es un amor, mañana un desamor, como dice el tango. Nadie quiere arriesgar nada. Mientras tanto, disfrutan la luna de miel, aunque para algunos resulta incómoda. Una prueba de ese escenario ha sido el acto de inauguración de la Expo Rural del viernes. La convivencia entre peronistas y opositores ha sido posible, aunque las tensiones poblaron la atmósfera del Salón Centenario. La ironía rompía el hielo, pero también desnudaba las diferencias. Pruebas al canto: el saludo de la diputada nacional de CREO, Paula Omodeo, al gobernador. El lenguaje gestual exteriorizó que hay un distanciamiento político que el dialoguismo de moda no logra romper. Ella tiene destino nacional, independientemente de que pueda convertirse en una opción en la nómina que La Libertad Avanza pueda llegar a presentar el año que viene en la provincia. La otra anécdota que refleja aquellas diferencias en presencia de Catalán fue el encuentro entre el titular del Poder Ejecutivo y dos radicales del sur de la provincia. “Hola diputado, buenas noches... Este nos vota en contra, Lisandro”, lanzó un irónico Jaldo, mirando al vicejefe de Gabinete, que recibió el comentario con una sonrisa. La incomodidad de Roberto Sánchez fue tan manifiesta como la del intendente de Concepción, Alejandro Molinuevo.

Reorganización

La estructura quiere saber de qué se trata la alianza. Los organismos internos del distrito Tucumán del Partido Justicialista (PJ) están movilizados. Tras el encuentro en Monte Bello, entre los integrantes del congreso provincial y algunos referentes con representación institucional, la semana que viene será el turno de aquellos dirigentes que hoy no están en la cartelera política. Los hombres cercanos al gobernador están convocando a los referentes territoriales que movilizan al partido, más allá de los cargos. Intentan subir a ese colectivo a ex intendentes, ex comisionados rurales, ex legisladores y ex ediles, entre otros. “Todos son valiosos”, fundamentan. En realidad, el temor que existe en el entorno jaldista es que esos dirigentes se alejen del calor oficialista y se suban a cualquier ambulancia política, al considerarse “heridos por el poder de turno”.

El armado del PJ a nivel nacional tampoco contribuye a darle otro plafón al ala opositora. En una encuesta de opinión pública, DC Consultores, liderado por el analista Aníbal Urios, sostiene que el 69,7% de los consultados sostiene que la Argentina no tendrá futuro con el nuevo armado del peronismo y en el que Cristina Fernández de Kirchner asoma como la prenda de unidad.

Los próximos meses serán decisivos para saber cuál puede ser el rumbo de la relación institucional entre Tucumán, uno de los distritos considerados como bastiones del justicialismo dialoguista, y la administración mileísta, que no ha sido para nada generosa en la distribución de partidas dentro del proyecto de Presupuesto Nacional 2025. El gobernador confía en la palabra empeñada por el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos. Además, es uno de los pocos que tiene acceso directo al presidente de la Nación. No ha sido necesario, por ahora, usar esa llave, dicen en la Casa de Gobierno. A Jaldo las encuestas le sonríen; a Milei, no. En ese contexto, siempre es necesario como oportuno tener autonomía de vuelo. El tucumano se ampara en la gestión; el libertario se refugia en su imagen internacional, la que le permitió tocar la icónica campana de Wall Street. Pero los sondeos regionales también le están marcando un toque de alerta en la consideración de la opinión pública. Según CB Consultora, los tres presidentes mejores valorados por los ciudadanos durante este mes por sus ciudadanos son: Lula da Silva de Brasil, en primer lugar con un 51.8% de imagen positiva; le sigue Daniel Noboa de Ecuador con un 51,5% y Santiago Peña de Paraguay, con un 50.2% de aprobación. Milei, en tanto, ha sido uno de los mandatarios que más cayó durante este septiembre (4,2% de baja), quedando en la sexta posición, superado también por el uruguayo Luis Lacalle Pou y por el boliviano Luis Arce.

“La Argentina se enfrenta nuevamente a uno de sus problemas crónicos: el desgaste de sus oficialismos ante la falta de resultados concretos. Desgaste que suele empezar a mostrar síntomas en la desaprobación de cuestiones puntuales y poco a poco se va extendiendo hacia otras áreas y hacia la imagen de la gestión en general”, advierte un sondeo elaborado por Zuban Córdoba y Asociados, que viene percibiendo una caída constante en la imagen de Milei y de su gestión por la falta de respuestas a las expectativas de la sociedad.

Hay otro resultado que es más inquietante respecto del nivel de tolerancia social: un 64% afirma estar recurriendo a sus ahorros para llegar a fin de mes; otro 77% cree que la pobreza está aumentando en la Argentina. Mañana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), difundirá el dato de pobreza y de indigencia. El resultado puede arrojar que casi la mitad de la población fue golpeada en sus ingresos en un período que se caracterizó por la actualización brusca de los precios (menos del salario) y una recesión que todavía no se va.