En un día muy ventoso y por un camino un tanto arenoso, los montañistas Alejandro Martínez,Enrique Cabrera y Julieta Balza, junto a una pequeña perrita, ascendieron uno de los tantos volcanes que embellecen la Puna catamarqueña: hicieron cumbre en el volcán Ratones, a 5.171 msnm. 

Ratones se encuentra en el límite de las provincias de Salta y Catamarca. El ascenso fue por la cara norte del volcán, por un camino minero que lleva hacia unas grandes antenas. 

“A este volcán lo podríamos llamar olvidado ya que antes solía tener más expediciones y con el tiempo se dejó de ascenderlo. Tal vez porque ahora se escalan los más altos y conocidos, y se dejan de lado tantos volcanes y montañas que tiene nuestra hermosa y gran cordillera”, comentaron los montañistas, quienes desde Salta fueron hasta Santa Rosa de los Pastos Grandes y allí armaron el campamento para poder comenzar esta expedición, el pasado 13 de septiembre. 

Aquel día, tras una larga caminata, acompañada por un fuerte viento, llegaron a la cima a las 14. “La vista fue increíble. Emplazado en la puna, el volcán está rodeado de salares y lagunas. Con horizontes plenos que se ven interrumpidos por mineras que pueblan sus alrededores”, describieron. 

“Lo más lindo de esta expedición fue elegir en grupo un volcán casi olvidado, pero bien vistoso en la carta topográfica nacional; esperando que los montañistas marquen su ruta y puedan disfrutar el ascenso”, destacó Julieta, quien ascendió con su perrita Payunia. Esta es la cuarta vez que sube una montaña que supera los 3.000 msnm con su mascota, la cual adoptó hace algunos años mientras visitaba una reserva natural rodeada de volcanes en el sur de Mendoza, en La Payunia. De ahí su nombre. 

Alejandro Martínez, Enrique Cabrera, Julieta Balza y la perrita Payunia

Cómo es hacer montañismo con una mascota 

“Subir con la Payu, para mí, fue todo un descubrimiento. Nos elegimos. Pensé que podía hacer montaña, pero no tanto como hace ahora. Empecé a caminar con ella y vi que disfrutaba estar en la montaña. De a poquito fui subiéndola más y más, siempre protegiéndola del frío”, comentó.  

Igualmente, como montañista experimentada, recomendó tener cuidados y reconocer los límites de perro. “Siempre con precaución, viendo hasta dónde puede ir ella, viendo su caminar, si llora o no y demás”, señaló. También, “le compré ropita para poder afrontar el frío y, si bien los perros tienen pelo, en el Ratones, por ejemplo, nos hizo por lo menos -5° o -7° bajo cero y hubo mucho viento, así que era necesario ponerle abrigo, siempre con la precaución necesaria”, detalló Julieta, feliz de compartir su pasión con Payunia.