En agosto, el salario real de los trabajadores registrados detuvo su recuperación tras varios meses de aumentos que superaron la inflación. Este estancamiento se produjo en un contexto donde la actividad económica no logró mantener el impulso observado en julio.

Según los datos de la Remuneración Imponible de los Trabajadores Estables (Ripte), publicados por la Secretaría de Trabajo este jueves, el salario nominal aumentó un 3,8% en comparación con julio. Sin embargo, en términos reales, se contrajo, dado que la inflación en ese mes fue de 4%.

Este indicador había mostrado cinco incrementos consecutivos significativos, los cuales fueron celebrados públicamente por el presidente Javier Milei y su gabinete. No obstante, la mayoría de los economistas advirtió que este indicador no es el más adecuado para evaluar la verdadera dinámica salarial, debido a su metodología, publicó el diario "Ámbito".

Adicionalmente, otros indicadores privados también reflejaron un deterioro en los salarios reales, en un contexto económico que no ha mostrado señales claras de recuperación tras la recesión. En agosto, se registraron caídas mensuales en los despachos de cemento (-9,6%) y en las importaciones de bienes de capital (-18,7%), mientras que la utilización de la capacidad instalada en la industria metalúrgica se mantuvo en mínimos históricos, ilustrando la debilidad de la actividad.

El Ripte no se basa en datos salariales directos, sino en la base imponible para los aportes a la seguridad social, que cuenta con un límite que se actualiza cada tres meses. En los últimos meses, este tope ha aumentado significativamente en comparación con los salarios reales, lo que ha influido en el alza del indicador y viceversa.

Incluso, en la página web de la Secretaría de Trabajo se aclara que el Ripte "no necesariamente refleja el comportamiento de los salarios del empleo asalariado registrado". Esto se debe, además del tope mencionado, a que solo considera los componentes salariales, en un contexto donde los elementos no remunerativos han cobrado relevancia en las negociaciones entre empresarios y sindicatos, dadas las actuales dinámicas inflacionarias.

La consultora C-P, dirigida por los economistas Federico Pastrana y Pablo Moldovan, había advertido sobre un probable deterioro en la recuperación salarial durante agosto y septiembre, argumentando que "las paritarias desde julio están estancadas" debido a negociaciones a la baja y una inflación de 4%.

Según el indicador de C-P, que se basa en el promedio de salarios de convenios colectivos, los ingresos de los trabajadores formales cayeron 0,1% en agosto. Por su parte, la Secretaría de Trabajo también divulgó datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que reporta información concreta sobre salarios de trabajadores registrados en el país. En julio, el incremento real fue de 3,3%.

Desde abril, los ingresos de los empleados con mejores condiciones laborales han aumentado un 13,5%, recuperando así las pérdidas sufridas durante los primeros meses del gobierno de Milei. "Es un salario similar al promedio de 2019-2023, pero un 50% más alto en dólares. Veo un problema ahí", indicó Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, al referirse a la apreciación del tipo de cambio.

Mientras tanto, el Índice de Salarios del Indec no se alineó completamente con los datos del SIPA, ya que el sector de salarios privados mostró un crecimiento real en julio, aunque aún se mantiene un 2,6% por debajo de los niveles de noviembre de 2023. 

La situación de los empleados públicos y los trabajadores informales es distinta, ya que sus ingresos han sido más afectados recientemente y aún no muestran signos de reactivación.