Con la llegada del último trimestre del año, muchas personas enfrentan un incremento del estrés y de la ansiedad impulsadas por la cercanía de las festividades, el cierre del ciclo laboral y el final de las clases. Esa etapa puede ser abrumadora para la salud mental, pero existen diversas estrategias recomendadas por expertos para sobrellevarla.

La transición hacia el final del año suele generar emociones mixtas. Mientras algunos aguardan con entusiasmo las celebraciones y la finalización de proyectos, otros sienten una presión que puede impactar negativamente en su bienestar emocional. Las exigencias laborales, sociales y académicas se intensifican, por lo que la salud mental puede verse comprometida.

“Uno de los elementos clave que afecta la salud mental en esta etapa del año es la autoevaluación. A medida de que se acerca el cierre del ciclo, muchas personas tienden a revisar si han logrado los objetivos propuestos al inicio del período. Este proceso, a menudo intransigente, puede generar frustración y angustia, sobre todo cuando los resultados no coinciden con las expectativas. El miedo a no haber alcanzado las metas puede socavar la autoestima y la confianza en uno mismo, lo que afecta gravemente la autoimagen y desencadena sentimientos de insuficiencia y desvalorización personal”, señaló la licenciada en Psicología, Liliana Acuña.

En el ámbito laboral, las empresas suelen aumentar las demandas sobre sus empleados, lo que se suma al agotamiento físico y emocional acumulado. Para los estudiantes, la presión de los exámenes finales añade una carga extra y crea un entorno donde la sensación de desbordamiento se vuelve más común. A esto hay que sumar las tensiones que genera, por ejemplo, el conflicto entre el Gobierno y las universidades públicas.

“Cuidar la salud mental de manera proactiva en este último tramo del año es fundamental. Una de las formas más efectivas es aprender a desarrollar un diálogo interno positivo y compasivo. Es crucial dejar de lado la autoexigencia excesiva y enfocarse en una autoevaluación más realista y benévola. Además, el apoyo social es vital: rodearse de amigos, familiares o compañeros que brinden contención emocional. Regular las expectativas y fomentar la tolerancia a la frustración también son clave para mantener el equilibrio emocional frente a los desafíos que puedan surgir”, agregó la psicóloga Acuña.

Cuáles son las señales de alerta que da la mente

Es fundamental estar atentos a las señales de alerta que indican que el estrés y la ansiedad han superado niveles manejables. Dificultades para concentrarse, cambios en los patrones de sueño, irritabilidad y aislamiento social son algunos de los síntomas que pueden indicar la necesidad de buscar ayuda profesional. Además, manifestaciones físicas como taquicardias y problemas digestivos también son señales de que el cuerpo está sometido a un alto nivel de estrés.

Para aquellos que buscan implementar cambios positivos en su rutina, se aconseja comenzar con prácticas sencillas, como la respiración consciente y ejercicios de relajación. Llevar un diario emocional y dedicar tiempo a actividades recreativas son estrategias efectivas para reducir el estrés. Desconectarse de la tecnología y pasar más tiempo en la naturaleza también contribuyen a restablecer el equilibrio emocional.

Por último, cultivar afirmaciones positivas puede fortalecer la autoestima y fomentar una mentalidad más resiliente. Esto ayuda no solo a mejorar la salud mental, sino también a aumentar la felicidad general. En el contexto del Mes de la Salud Mental, es un buen momento para recordar la importancia de tomar medidas conscientes que prioricen el bienestar emocional.

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