La producción y consumo de los productos orgánicos ocupan un lugar cada vez más importante en el mercado alimentario internacional.

La sustitución de productos de síntesis química por otros biológicos, el cuidado de la biodiversidad y los nutrientes del suelo, los métodos inocuos para el tratamiento poscosecha y el procesamiento industrial son aspectos que van incorporándose como requeridos en la trazabilidad exigida por los mercados. Las cada vez más influyentes preferencias de los consumidores van marcando esta tendencia.

El del azúcar orgánico es uno de esos mercados en evolución. Así lo precisa una interesante publicación de la Revista Avance Agroindustrial de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), que puede leerse en el sitio avance.eeaoc.org.ar.

Presenta un análisis sobre la producción de azúcar orgánico en el Noroeste Argentino (NOA), en el cual se destaca su crecimiento y los desafíos del sector. Para el informe se entrevistó a expertos de instituciones públicas y privadas, como Facundo Soria, técnico de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, y referentes de los ingenios San Isidro, Arcor y La Esperanza, quienes comparten su visión sobre el impacto de esta actividad en los mercados locales e internacionales.

Es importante conocer el rol del Estado en la producción orgánica. En ese sentido, Soria indica que el 98% de lo orgánico que se produce en Argentina se exporta. Y añade que lo positivo del mercado interno es que funciona como un trampolín para exportar.

La producción orgánica nacional se impulsa desde la Comisión Asesora para la Producción Orgánica, un ámbito público-privado que articula el fortalecimiento y el desarrollo del sector en el país. Desde sus inicios la integran instituciones privadas que actúan en el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), la cámara de certificadoras del sector público -básicamente el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que se encarga del control de sanidad y la fiscalización- y con el transcurso del tiempo fueron integrándose otras como los Institutos Nacionales de Tecnología Agropecuaria (INTA) e Industrial (INTI), el Consejo Federal de Inversiones (CFI), la propia Eeaoc, algunas universidades, asociaciones profesionales. En distintas provincias fueron creándose instancias organizativas y promocionales; y de ese modo se generó una incipiente red federal. Las provincias del NOA han sido hasta aquí las más comprometidas.

“Vemos un panorama positivo; la demanda de productos orgánicos sigue creciendo”

Soria cuenta que en la actualidad se está ejecutando el Plan Estratégico 2030 Argentina Orgánica, que tiene como antecedente el Plan de 2010, cuando se planificó toda la producción agropecuaria en Argentina, aunque después cada área siguió su propio derrotero. “En 2019 retomamos esa planificación, la actualizamos, la extendimos en el horizonte 2030 y se empezó a ejecutar desde 2020, sostenido en un trabajo interinstitucional público-privado, atento a una agenda común que se revisa año a año”, dice el funcionario

Mesas de trabajo

El Plan Estratégico 2030 se ejecuta a partir de cuatro mesas de trabajo: comunicación, exportación, tecnología y desarrollo territorial.

• La mesa de comunicación promueve el desarrollo del mercado orgánico interno, que aunque chico en relación con el mercado mundial al que se exporta el 98% de la producción, permite el asentamiento de la actividad y el consiguiente ejercicio de creación de valor.

• La mesa de exportación se ocupa de la inteligencia comercial con los mercados externos. En muchos aspectos en coordinación con Cancillería, la Agencia argentina de inversiones y comercio internacional, la Agencia de promoción de exportaciones provinciales, y obviamente, con la participación de los exportadores del sector privado.

• La mesa de tecnología persigue el objetivo de acortar la brecha tecnológica entre la producción orgánica y la convencional, por lejos más favorecida por la introducción de innovaciones y mejoras tecnológicas; en toda la cadena, desde la semilla hasta la cosecha y su procesamiento posterior.

• La mesa de desarrollo territorial promueve la adopción de estas prácticas por los productores de las distintas provincias. “Se avanzó mucho en la difusión de las características y en la conveniencia relativa de estas prácticas, y hay instancias organizativas y de participación. Los productores de cada región del país tienen que ir ocupando ese espacio en ese escenario mundial”, cierra Soria.