Desde las tribunas o desde casa, Agustina Pereyra se volvió un sostén constante para Iván Molinas. En este momento de definiciones en el que San Martín de Tucumán se juega a todo o nada en la final, y con una nueva vida en camino, Agustina vive un torbellino de emociones. 

Además de acompañar a su pareja en la búsqueda del ansiado ascenso, está embarazada de su primera hija, una niña que ambos esperan con profunda alegría. El amor y la unión entre ellos se reflejaron cuando Iván le dedicó su gol contra Alvarado en Mar del Plata, celebrando con un gesto de cariño hacia Agustina y su hija en camino, un festejo que conmovió a ambos y a toda la hinchada. 

“Estoy feliz y emocionada por Iván, por este re buen momento y lo que implica en su carrera… Es la primera final que juega en su vida futbolística”, declaró Pereyra sobre el desafío que se le presentará a Molinas. 

Ahora, en la previa de la final ante Aldosivi, Agustina se prepara para un viaje especial, llevando no solo su aliento, sino también la esperanza de un futuro juntos, más allá de la cancha.

“Soy una hincha más, así que estoy emocionada también por la ilusión del ascenso, y todo lo que implica: la energía, la movida que generan los hinchas. Vivir en Tucumán y ver cómo sienten el fútbol hace que todo tenga una emoción extra”, analizó "Agus", que vivirá un partido especial en el "Gigante de Arroyito".

El viaje a Rosario no será fácil, pero Agustina tiene claro que no faltará en esta oportunidad única. “Voy a viajar con la panza y todo, pero voy. En nuestra mente no hay otra chance que no sea ganar ese partido, y me imagino que va a ser una locura. La Ciudadela explota siempre y sé que van a ir todos, porque vimos cómo se agotaron las entradas tan rápido”, señaló con entusiasmo.

Ser parte de la carrera futbolística de Iván también le trajo desafíos, pero Agustina siempre estuvo a su lado, en los momentos buenos y en los difíciles. “Cuando no estaba en su mejor momento futbolístico, traté de apoyarlo, de acompañarlo, de subirle el ánimo, y entender los días en que estaba bien y los días en que estaba mal. Por suerte, fue un año con más momentos buenos que malos, y valoramos mucho que Iván haya estado bien físicamente y pudo estar a disposición del técnico y cumplir cuando se lo necesitó”, dijo.

Ahora, ambos esperan ansiosos la llegada de su primera hija, una alegría que se mezcla con la emoción por el partido definitorio contra el "Tiburón". “Estamos muy felices y ansiosos. La llegada de la bebé es algo muy nuevo para nosotros y para toda nuestra familia, porque será la primera nieta tanto del lado paterno como materno”, expresó Agustina.

Pereyra sabe que el rol de ser pareja de un jugador no siempre es fácil, especialmente cuando escucha críticas en la tribuna. “Como familiar de un jugador, siempre es difícil estar ahí y escuchar cuando alguno le grita algo. Es difícil, uno entiende que es el fútbol, pero no es fácil; hay que respirar profundo y seguir bancando”, concluyó Pereyra, que será una fanática más en tierras santafesinas.