Pese a no tener la repercusión de otras disciplinas, el polo es una de las actividades con mayor arraigo en nuestro país. No es que sea el deporte más popular ni el más consumido, pero Argentina siempre ha sido cuna de grandísimos talentos. Basta con revisar el palmarés de la Selección: cinco campeonatos mundiales y dos medallas olímpicas (París 1924 y Berlín 1936). Todo esto hace que Argentina sea una de las mayores exportadoras de jugadores. Uno de esos casos es el del tucumano Felipe Corroto Buffo, quien desde hace más de cinco años reside en Cancún, México, donde defiende los colores del equipo Cuadra Blanca.

“En diciembre de 2018 vine a jugar un torneo y allí conocí a quien sería mi futuro patrón. Él me dio la posibilidad de jugar al polo en México y, en enero del año siguiente, me instalé de manera definitiva. Ese primer año venía por temporadas de tres meses, intercaladas con viajes a Argentina”, dijo Corroto Buffo, de 33 años. La decisión de dedicarse al polo no fue casual: a diferencia de la mayoría de los niños que crecieron con una pelota de fútbol bajo los pies, él creció entre caballos y tacos. Su camino en el polo parecía inevitable, siguiendo la tradición que inició su padre. “Vengo de una familia con mucha tradición en el polo. Sobre todo mi papá, que es un apasionado de este deporte. Está muy feliz de que me haya dedicado a esto, ya que es un deporte que practican tanto él como mi hermano. Incluso tenemos una organización de caballos que se llama 'La Querida'”, expresó.

Tal es el fanatismo por el polo que Felipe reconoce que cada vez que su padre lo visita, las playas paradisíacas pasan a un segundo plano. “Siempre viene, pero lo curioso es que no lo hace por el mar o por lo lindo que tiene Cancún, sino que pasa todo el día en las caballerizas. Le encanta todo lo relacionado con este mundo”, indicó. Toda esa pasión hizo que Corroto Buffo diera sus primeros pasos en el polo desde muy pequeño. “Jugué en clubes de Tucumán y de Buenos Aires, aunque recién a los 20 años me dediqué profesionalmente a este deporte”, señaló. “En mis días libres aprovecho para descansar, ya que es un deporte con mucho desgaste físico. Entonces organizo varios planes familiares. Vivir en la playa es hermoso; disfrutamos mucho del mar con mi familia, ya mis hijos les encanta. Además del polo, tengo otros negocios a los que me dedicó”, agregó.

¿Cómo es el nivel del polo en México? Según el tucumano, el deporte aún está en crecimiento. “Hay un buen nivel en general, porque hay muchos clubes y uno se encuentra con grandes jugadores, aunque existe una gran diferencia con Argentina, que tiene el mejor polo del mundo. Aun así, México cuenta con lugares tradicionales de muchas generaciones. También se han creado varios clubes nuevos en los últimos tiempos. Todo esto muestra que el deporte sigue en una etapa de maduración”, explicó.

Corroto Buffo estuvo cerca de jugar un Mundial para México

En este sentido, Corroto Buffo señaló que no hay una liga estable que nuclear a todos los equipos del país, sino que se organizan torneos de diferentes duraciones. “Hay torneos de distinto nivel, lo que hace que la conformación de los equipos varíe. Por lo general, duran entre 10 y 14 días. Hay otros en modalidad relámpago que solamente duran cinco días. Eso sí, tenemos que viajar por todo México porque las sedes van cambiando”, relató, recordando también que estuvo muy cerca de vestir la camiseta del seleccionado mexicano. “Antes de un Mundial, para el cual iba a ser convocado con México, me quebré la mano y me quedé con las ganas de participar. Con el tiempo, aprendí a tomarlo mucho mejor, con más calma. Son cosas que suceden en este deporte. Obviamente dolió, pero ya quedó en el pasado”, recordó.

Corroto afirmó que adaptarse a su nuevo hogar fue bastante sencillo ya que encontró muchas similitudes culturales con nuestro país, aunque hay un aspecto al que aún no logra acostumbrarse. “La comida es súper picante, le ponen ají a todas las cosas. Ellos dicen que no pica, ¡pero es mentira! Jaja. Después, tienen una cultura y unos modales muy similares a los nuestros”, señaló, dejando en claro que el acompañamiento de su esposa fue fundamental para establecerse en tierras aztecas. “Denise me conoció jugando al polo y siempre me ayudó en mi carrera. Al principio viajaba sólo a México y, cuando nos casamos, ella se vino conmigo”, añadió.

SUS PILARES. Su esposa Denise y sus hijos son los sostenes de Corroto Buffo durante su estancia en México.

Corroto comentó que la rivalidad entre Argentina y México no se restringe al fútbol, sino que se extiende a todos los ámbitos. “Es algo que se replica en todos los deportes. Sin embargo no es tan grave; más bien es propio de la competencia”, expresó antes de admitir que a veces extraña Tucumán. “Todavía me cuesta un poco estar tan lejos. Lo bueno es que todos los años voy de visita, lo que me permite mantenerme en contacto con lo que ocurre allá. Solemos ir dos veces al año: una en invierno, para que los caballos descansen, y otra para las fiestas de fin de año”, contó.

Así, el tucumano ha cumplido su sueño: dedicarse al deporte que lo apasiona, vivir en un destino paradisíaco y crecer junto a su familia. Sin embargo, todavía tiene algunas deudas pendientes, como disputar un Mundial, aunque no pierde las esperanzas.