Para entender las claves sobre las que giró la economía durante los primeros 12 meses de gestión libertaria, la licenciada en Economía Florencia Correa Deza aseguró que la eliminación del déficit fiscal es uno de los puntos centrales para comprender lo que ha sucedido en este período.
“El segundo punto que puede considerarse un logro tiene que ver con la contundencia en la reducción de la inflación. Creo que también ese ha sido uno de los ejes de la campaña, ha sido uno de los elementos por los cuales mucha gente votó a este Gobierno y creo que en ese sentido hoy uno puede decir que hasta acá el objetivo estaría cumpliéndose”, dijo la profesional.
Y agregó: “El manejo del gasto público es otro factor importante. Creo que ha sentado las bases de que la energía tiene que pagarse por su precio y que entonces los subsidios deben virar hacia un modelo de mayor sostenibilidad. Tampoco podemos olvidarnos del manejo del tipo de cambio. Hoy vemos un profundo retraso cambiario donde creo que hasta el Gobierno ha demostrado un pragmatismo que por ahí no se esperaba”.
Milei, sus pecados y una batuta que marcó el ritmo de su primer año de gobiernoEn relación a las promesas realizadas por el dirigente libertario durante su campaña electoral, Correa Deza señaló que si se tiene en cuenta el rumbo adoptado por la macroeconomía para reducir la inflación, los resultados pueden considerarse “exitosos”. “Ahora, también es cierto que en el marco de los ajuste terminamos viendo que al ajuste lo pagaron significativamente sectores que no estaban dentro de la casta. O sea, la profunda caída de la capacidad de compra de jubilados y pensionados no estaba dentro de lo que el Gobierno prometía respecto del pago del ajuste. Entonces, ahí yo creo que sí hay una discrepancia entre lo que se prometió y lo que se esperaba. O por lo menos no se dijo”.
Diagnóstico acertado
Para el economista Eduardo Robinson el hecho de entender por parte del Gobierno que el país no posee un problema de demanda agregada -seguir motorizando el gasto público como impulsor de la actividad económica, sino de oferta agregada- resultó correcto. “Esto es, mejorar la productividad de la economía, mediante las mejoras en los factores productivos y en impulsar la inversión con una herramienta legal como el RIGI (Régimen Incentivo para Grandes Inversiones) que podría estar complementado con un RIGI para pymes. Las mejoras en el plano macroeconómico aún no se reflejan demasiado en el tejido productivo, en una estabilización más consistente de la inflación, que si bien ha mostrado una tendencia declinante aún está amesetada en el orden del 3% mensual que es muy alta”, consideró el consultor. Y detalló que la estabilidad de precios se logrará cuando ese porcentaje en lugar de ser mensual sea anual.
“El cuadro social aún está muy complicado, con pobreza por encima del 50% elevado porcentaje de indigencia, poca generación de empleo. Pero, en la medida que haya cierto orden en la economía es esperable que la situación empiece a revertirse. En este sentido es muy importante la reactivación del crédito y que la inflación vaya cediendo de manera más significativa. La economía empezó un lento proceso de reactivación y se espera que el rebote sea más claro en el primer cuatrimestre del año próximo”, declaró.
En relación al futuro de la economía, Robinson advirtió que para que haya recuperación es suficiente que se logre cierta estabilidad macro y que ayuden los precios internacionales. “Este ciclo de recesiones y rebotes la economía argentina lo viene experimentando desde el año 2011. Esto quiere decir, el objetivo del gobierno no debería ser que la economía tenga un rebote cíclico. Si no, lograr un crecimiento sostenido que quiebre el círculo vicioso de la decadencia. Este camino es más costoso, porque requiere no sólo de un programa o esquema de estabilización, sino de un programa de competitividad integral. Y esto implica introducir una agenda de reformas estructurales que permitan ir progresando en competitividad”, consideró.
Largo plazo
Para entender la realidad, la economista María Lobo Murga explicó que es importante tener en cuenta el freno impuesto a la emisión monetaria, acompañada de los gastos del gobierno. Y el aumento de las reservas. “En el 2007 Cristina Fernández de Kirchner asume con más de U$S 40.000 millones y deja a su gobierno con U$S 24.000 millones de reservas, afectadas por la salida de divisas, el uso de las reservas para pagar deuda externa, y el déficit fiscal. Además, la intervención del gobierno en el mercado cambiario y las restricciones cambiarias contribuyeron a esta caída. Después, Mauricio Macri asume con reservas brutas en torno a los U$S 29.500 millones. Durante su mandato, las reservas llegaron a un máximo de USD 63.000 millones a principios de 2018, pero terminaron en U$S 43.800 millones al final de su mandato debido a la salida de divisas y la deuda con el FMI. Los gobiernos que tienen la tendencia a gastar más van disminuyendo sus reservas, o sea, van haciendo que la fuente de ahorro o el ahorro puntualmente que tiene el gobierno se vaya disminuyendo y eso hace que la economía pueda tener mayores dificultades, sobre todo para enfrentar cualquier momento en el que la economía no esté en un periodo de buen crecimiento. Milei asumió con 21.000 millones de reservas y ahora tiene 31.000 millones”, explicó.
Milei, en la polémica por el caso Kueider: “A fumigar el Congreso, afuera las ratas”Este aspecto, sumado al superávit fiscal y financiero conseguido por la gestión de Milei y las medidas adoptadas para lograr bajar la inflación son para la economista tucumana las bases que le deben permitir al país empezar a pensar en un mediano y largo plazo. “Para eso, la economía necesitaba estar con un mínimo de estabilidad. Fortalecer las reservas, tener una credibilidad ante el mundo porque eso nos da la posibilidad de atraer nuevos mercados con los cuales comercializar y, por otro lado, también tener una seguridad jurídica porque eso permite al productor proyectarse y en relación a esto, Argentina está dando señales”, dijo.
Para Lobo Murga, el fortalecimiento experimentado por el peso argentino no es un dato que deba pasarse por alto porque esa situación aporta una credibilidad tanto para dentro de la economía argentina como para los otros mercados y países.