La industria textil, de indumentaria y calzado en Argentina expresó su profunda preocupación ante la reciente decisión gubernamental de reducir los aranceles a la importación de sus productos. Esta medida, que implica una disminución del arancel del 35% al 20% para la indumentaria, generó inquietud en un sector ya afectado por la caída de la actividad, el aumento de las importaciones y la necesidad de reducir personal.
Diversas cámaras industriales, incluyendo la UIA (Unión Industrial Argentina), alzaron la voz en defensa de la industria nacional, advirtiendo sobre el potencial impacto negativo en el empleo si la medida se concreta. Se estima que unas 30 entidades empresariales y gremiales emitirán un comunicado conjunto en las próximas horas, exponiendo los argumentos por los cuales solicitan al Gobierno reconsiderar la medida, señalando su escaso impacto en los precios al consumidor. Paralelamente, preparan una carta dirigida al Ministro de Economía, Luis Caputo, solicitando una reunión urgente.
Durante la semana, representantes de la industria han mantenido intensas reuniones para analizar la situación. La Fundación Pro Tejer, por ejemplo, convocó a sus directivos para evaluar las acciones a seguir ante el inminente decreto de baja arancelaria.
Los principales argumentos que esgrimen los empresarios son:
Impacto en la Competitividad y el Empleo: La reducción de aranceles, que incluye una baja del 35% al 20% en prendas de vestir y calzado, del 26% al 18% en tejidos, y de entre el 12% y el 18% en hilados, favorecería la competencia desleal de productos importados a precios bajos, especialmente de países con estándares laborales y ambientales menos exigentes. Esto podría llevar al cierre de fábricas y la pérdida de empleos.
Necesidad de Consenso en el Mercosur: Consideran que la reducción del Arancel Externo Común (AEC) requiere el acuerdo de todos los países miembros del Mercosur.
La Baja de Aranceles No Soluciona el Problema de Precios: El sector argumenta que los precios de la vestimenta y el calzado no han aumentado al mismo ritmo que la inflación general. Señalan que la baja de aranceles no tendrá un impacto significativo en la reducción de precios al consumidor, recordando experiencias pasadas donde la importación masiva no se tradujo en precios más bajos.
Comercio Ilegal y Contrabando: La industria enfrenta desafíos derivados del comercio ilegal y el contrabando, que afectan negativamente su competitividad. La reducción de aranceles sin medidas complementarias podría agravar esta situación.
Política Integral de Competitividad: Se requiere una coordinación entre la integración comercial y las políticas de competitividad local. El Gobierno debería abordar problemas estructurales como la carga fiscal, el acceso al crédito y la informalidad laboral.
Impacto del Desempleo: El sector textil, indumentaria y calzado es un importante generador de empleo en varias provincias. La pérdida de empleos industriales ya es una realidad, y se teme que la mayor apertura a las importaciones acelere esta tendencia.
Por todo ello, las entidades empresarias y sindicales instan al ministro Caputo a reconsiderar la reducción de aranceles y a convocar a una reunión urgente para analizar alternativas que protejan la industria nacional y el empleo.