El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció su intención de recibir apoyo militar de Estados Unidos, Brasil y Europa para enfrentar la creciente violencia del narcotráfico en el país. En una reciente entrevista con la BBC, Noboa explicó que busca la cooperación de fuerzas especiales extranjeras para reforzar las acciones de seguridad interna. Esta decisión surge en un contexto de conflicto armado interno declarado por el mandatario en 2024, que mantiene a los militares en las calles, una medida cuestionada por organismos de derechos humanos.

Además, Noboa expresó su deseo de que el expresidente estadounidense Donald Trump declare como terroristas a las bandas criminales ecuatorianas, comparándolas con carteles mexicanos, venezolanos y salvadoreños. Grupos como Los Lobos, Los Choneros y Tiguerones, acusados de controlar gran parte del tráfico de drogas, son señalados por el presidente como responsables de la escalada de homicidios y atentados que azotan al país. Ecuador cerró 2024 con una alarmante tasa de 38 homicidios por cada 100.000 habitantes.

En el marco de esta "guerra contra el crimen", el gobierno de Noboa también ha establecido una alianza con Erik Prince, fundador de la controvertida empresa militar privada Blackwater, para recibir asesoramiento estratégico. Mientras el mandatario defiende la actuación de las Fuerzas Armadas como proporcional, las denuncias de abusos, desapariciones y asesinatos por parte de efectivos militares han incrementado la tensión política y social. El Congreso analiza ahora la posibilidad de autorizar la instalación de bases militares extranjeras, una iniciativa que encuentra resistencia por su potencial impacto en la soberanía nacional.