El primero de junio de 1956 era la cita. El lugar elegido era la sede del aeroclub. Por aquel entonces funcionaba en el aeropuerto Benjamín Matienzo que estaba en el extremo sur del parque 9 de Julio. La foto que eligió en esta oportunidad Jorge Olmos Sgrosso no nos da indicios de qué actividad se trata. Pareciera que un grupo de mujeres se ha subido a una tapia y una de ellas salta al vacío sin entender bien con qué fin. Esos ejercicios eran fundamentales hacerlos en tierra para que después, en el aire, salieran automáticamente. Los organizaba la Brigada de Paracaidistas de Tucumán que después practicaba los saltos desde los aviones.

Recuerdos fotográficos: el cepillo de dientes en la escuela