Luego de meses de dilaciones judiciales, este jueves se abrirá finalmente el celular del diputado Gerardo Milman, en el marco de la causa que investiga si hubo autores intelectuales detrás del intento de magnicidio contra la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ocurrido el 1 de septiembre de 2022.

La apertura del dispositivo, un iPhone 14 secuestrado a fines de 2023 por orden de la Cámara Federal, estará a cargo de peritos de Gendarmería Nacional (GN). El análisis del contenido quedará bajo supervisión del juzgado que encabeza María Eugenia Capuchetti. También participará un perito designado por la querella.

Durante meses, el acceso al contenido del celular estuvo bloqueado, ya que Milman se había negado a proporcionar la clave. Recién a fines de mayo, en una declaración espontánea ante la jueza, el diputado entregó el código de seis dígitos. La pericia se centrará exclusivamente en el período comprendido entre el 1 de julio de 2022 y el 10 de mayo de 2023, consignó el sitio Infobae.

El origen de la pista

La pista que involucra a Milman surgió a partir del testimonio de Jorge Abello, ex asesor legislativo, quien aseguró haberlo escuchado pronunciar una frase sugestiva el 30 de agosto de 2022 en el bar Casablanca: “Cuando esté muerta, yo voy a estar en la costa”. Milman viajó a Pinamar al día siguiente, pero regresó el 1 de septiembre, justo cuando ocurrió el atentado contra Cristina Kirchner.

Sin embargo, Abello ahora enfrenta una acusación por falso testimonio, con pedido de indagatoria incluido. La justicia secuestró su teléfono, pero los peritos de la Dirección de Asistencia Técnica a la Investigación Penal (Datip) no hallaron el supuesto mensaje que habría enviado al entonces diputado Marcos Cleri, alertando sobre la frase.

El fiscal Carlos Rívolo, que impulsó la imputación contra Abello, subrayó la curiosa participación de Cleri, quien -según su relato- se presentó espontáneamente a declarar sin haber sido convocado, para informar a la jueza sobre ese mensaje.

El contenido del teléfono

En su declaración, Milman anticipó que gran parte del contenido del teléfono había sido eliminado por razones de seguridad y confidencialidad. Argumentó que el dispositivo contenía información sensible relacionada con su labor como exsecretario de Estado a cargo de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal (DNIC), incluyendo datos de agencias internacionales, direcciones de narcotraficantes, así como material personal y familiar.

“Mi teléfono no es un teléfono simple. Había cuestiones de Estado, fotos familiares, y contactos sensibles. Lo borrado no constituye delito, porque en ese momento no había ninguna causa en mi contra”, declaró.

Mientras se desarrolla el juicio oral contra los tres principales acusados del ataque -Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo-, la jueza Capuchetti también avanza en una línea paralela de investigación sobre posibles irregularidades en el operativo posterior al atentado.

Una de las más graves apunta a la actuación de la Policía Federal en el seguimiento de Brenda Uliarte. Un video incorporado recientemente al expediente -revelado por el diario Clarín- muestra cómo la joven logra salir sin ser detenida de un edificio en la calle Montes de Oca al 1200, a pesar de que ya pesaba sobre ella una orden de captura. En la entrada del edificio había dos efectivos de inteligencia de la PFA.

La Gendarmería se encuentra analizando ahora el accionar de esos agentes y otras posibles negligencias durante el operativo, publicó Infobae.