¿Qué tienen en común Elon Musk, Migue Granados y Lali Espósito? Aunque vienen de mundos muy distintos, todos integran el top 10 de figuras con mejor imagen entre los jóvenes argentinos de 18 a 35 años, según un nuevo estudio de la consultora Reyes-Filadoro. La tabla sorprende por un detalle: el podio es ocupado íntegramente por emprendedores digitales que lograron crear auténticos imperios empresariales.
El informe, que se basó en 730 entrevistas online y un monitoreo de redes sociales, midió quiénes son las figuras públicas que más conectan con esta generación, combinando carisma, influencia digital y narrativa propia. El resultado mezcla los negocios tech, los medios, la música, la política y el streaming.
El ranking completo
1. Mark Zuckerberg (Meta/Facebook)
Imagen positiva: 56%
Imagen negativa: 25%
No lo conoce / No sabe: 19%
2. Elon Musk (Tesla, X/Twitter, SpaceX)
Positiva: 53%
Negativa: 34%
3. Marcos Galperin (Mercado Libre)
Positiva: 52%
Negativa: 28%
4. Donald Trump
Positiva: 48%
Negativa: 39%
5. Migue Granados
Positiva: 48%
Negativa: 29%
6. Lali Espósito
Positiva: 45%
Negativa: 47%
7. Santiago Caputo
Positiva: 39%
Negativa: 44%
8. Pedro Rosemblat
Positiva: 33%
Negativa: 34%
Desconocimiento: 33%
9. Gordo Dan (Daniel Parisini)
Positiva: 29%
Negativa: 34%
Desconocimiento: 37%
10. Tomás Rebord
Positiva: 23%
Negativa: 20%
Desconocimiento: 57%
¿Qué nos dice este ranking?
El resultado llama la atención no solo por quiénes lideran, sino también por la mezcla de perfiles: desde multimillonarios tecnológicos hasta streamers e influencers que construyeron su popularidad desde plataformas como Twitch o TikTok. El único líder político elegido por el voto popular es Trump. También llama la atención la ausencia de deportistas. En la tabla no aparecen astros argentinos indiscutidos del fútbol como Lionel Messi y Lionel Scaloni.
También muestra cómo el carisma digital y el relato propio pesan tanto como el éxito económico. Incluso en los casos de imagen negativa (como Lali o Trump), su nivel de reconocimiento y polarización indica que generan conversación, adhesión o rechazo, pero no pasan inadvertidos.
Por otro lado, el alto desconocimiento de algunas referencias de nuevos medios como Tomás Rebord o Pedro Rosemblat sugiere que aún hay figuras que circulan fuerte en ciertos nichos, pero no lograron captar al público masivo.
La admiración entre jóvenes parece cruzada por valores como la autenticidad, el impacto, la rebeldía o la creatividad. Muchos de los líderes tradicionales ya no generan identificación. En cambio, figuras que desafían lo establecido, emprenden, o comunican desde el humor, la irreverencia o la ironía sí logran conexión. Más que ídolos inalcanzables, se busca inspiración en quienes parecen haber “hecho su propio camino”, aunque sean exponentes no exentos de polémica y, en algunos casos, expresen una altísima apuesta por el conflicto.