El seleccionado argentino Sub 20 volvió a mostrar su jerarquía en el Mundial que se disputa en Chile y consiguió el primer gran objetivo: la clasificación anticipada a los octavos de final. Con una actuación que combinó contundencia en ataque y pasajes de buen fútbol, el equipo dirigido por Diego Placente superó por 4 a 1 a Australia y se consolidó en lo más alto del grupo D con puntaje ideal. Los goles fueron obra de Alejo Sarco, Tomás Pérez, Ian Subiabre y Santino Andino, en un partido que comenzó con algunos sobresaltos, pero que terminó en fiesta “albiceleste”.

El encuentro mostró desde el arranque a una Argentina decidida a imponer condiciones. Apenas iban tres minutos cuando Sarco abrió el marcador tras imponerse en la disputa con Sebastian Esposito. El árbitro primero sancionó falta en ataque, pero el VAR corrigió la decisión y convalidó el tanto. Fue el primer estallido de los hinchas argentinos en suelo chileno, que vieron cómo el equipo arrancaba de la mejor manera. Con la ventaja en el bolsillo, Argentina intentó ampliar diferencias. A los 20’, Santiago Carrizo, estuvo cerca de marcar un golazo de tiro libre, pero el arquero Steven Hall respondió con una gran estirada. La Selección dominaba, aunque también sufría un par de sustos: un fallo del arquero Santino Barbi en una salida aérea casi le cuesta el empate, y poco después Tiago Quintal logró definir por encima del propio Barbi para igualar el marcador. Sin embargo, tras la revisión tecnológica, el gol australiano fue anulado por falta.

El alivio llegó justo antes del descanso. Carrizo desbordó por la izquierda y asistió a Tomás Pérez, que apareció entre los centrales y definió con frialdad para establecer el 2 a 0. La ventaja resultaba clave porque Argentina había perdido el control del partido y necesitaba un golpe de confianza para volver a crecer.

En el complemento, los chicos de Placente arrancaron con la misma intensidad. Álvaro Montoro, uno de los más lúcidos en la mitad de la cancha, tuvo tres oportunidades consecutivas: primero habilitó a Carrizo, luego probó con un remate desde afuera que atajó Hall y finalmente estrelló un bombazo en el travesaño. Todo el fútbol pasaba por los pies del tucumano, pero el equipo se llevó un golpe inesperado: a los 21’, un error del arquero Barbi le permitió a Daniel Bennie descontar para Australia. El 2-1 encendió las alarmas.

El descuento fue un verdadero balde de agua fría. Australia creció en confianza y por algunos minutos puso en aprietos a la defensa argentina. Sin embargo, Placente movió el banco y los cambios resultaron determinantes. Argentina recuperó energía, frescura y velocidad en los últimos metros, y sobre el cierre del encuentro liquidó la historia con contundencia.

A los 47’, una gran jugada de Milton Delgado por derecha terminó en los pies de Subiabre, que definió con categoría para el 3 a 1. Y apenas dos minutos después, Santino Andino marcó un golazo que selló el 4 a 1 definitivo. El seleccionado nacional volvió a mostrar que tiene variantes y que su poder ofensivo puede resolver partidos en pocos minutos.

Con este triunfo, Argentina suma seis puntos sobre seis posibles y se asegura un lugar en los octavos de final, sin importar lo que suceda en la última fecha. Más aún, se afianza como uno de los candidatos a pelear por el título en tierras chilenas. Para Placente, el objetivo inicial está cumplido: “Estoy muy contento con el triunfo. Australia es un equipo que juega muy bien. Cada partido vamos a ir mejorando. Italia será un duro rival”, señaló el entrenador, consciente de que el nivel de exigencia irá en aumento.

 La próxima presentación será nada menos que frente a la “Azzurra”, el sábado a las 20 en Valparaíso. Ese partido no solo servirá para definir el primer puesto del grupo, sino también como un examen de carácter ante un adversario de jerarquía europea. Con Sarco en estado de gracia, Montoro como conductor, y un equipo que combina talento con sacrificio, Argentina ya dio el primer paso. El sueño mundialista recién empieza, pero la ilusión crece partido a partido.