Como había sucedido en 1958, la elección presidencial de 1963 se realizó con el peronismo proscrito, por lo que terminó siendo un mano a mano entre dos corrientes del radicalismo: la UCR Intransigente (UCRI) y la UCR Del Pueblo (UCRP). Pero con una salvedad: cinco años antes, desde el exilio Juan Domingo Perón había respaldado a Arturo Frondizi, candidato triunfante de la UCRI. Esta vez el peronismo se llamó a silencio, al punto de que los votos en blanco (más del 19%) quedaron en segundo lugar.

Ganó Arturo Illia, el candidato de la UCRP, con un exiguo 26,7%, y tercero fue Oscar Alende (UCRI), con 18,1%. Esa escasa base de sustención política sería letal para Illia, que aún así realizó uno de los mejores gobiernos de los últimos 100 años. Claro que no fue suficiente para los militares, que lo derrocaron -golpe de Estado mediante- en 1966.

Antes, el 14 de marzo de 1965, se realizaron las elecciones de medio término. El Gobierno nacional habilitó la participación del peronismo, aunque disfrazado con otras denominaciones. Resultó suficiente para que a nivel nacional se impusiera la Unión Popular, un experimento del llamado “peronismo sin Perón” que impulsaba el líder sindical Augusto Timoteo Vandor. La UCRP del presidente Illia se ubicó segunda.

En Tucumán el peronismo ganó con el sello del partido Acción Provinciana. Con el 33,3% de los votos, obtuvo dos de las tres bancas que se renovaban. Fueron para Fernando Riera y Benito Romano. Segunda, con el 23,5%, se ubicó la UCRP, por lo que al escaño restante se lo adjudicó Ramón Arroyo. Esa era la expresión política a la que pertenecía el gobernador Lázaro Barbieri.

La anomalía

La de 1970 fue la única década de la historia democrática argentina en la que no se organizaron elecciones de medio término. El Gobierno peronista sobrevivió durante sólo tres años, entre 1973 y 1976, precedido y sucedido por sendas dictaduras militares.

Los diputados que nunca asumieron

Vale apuntar que, en lo referido al Poder Ejecutivo, hubo tres Presidentes peronistas durante ese breve e intenso lapso. El primero fue Héctor Cámpora, elegido el 11 de marzo, quien renunció y convocó a una nueva elección en septiembre, en la que Juan Domingo Perón se impuso con un arrollador 61% de los votos. Tras la muerte de Perón, en 1974, asumió su esposa María Estela Martínez.

Las Cámaras que se habían conformado en 1973 no alcanzaron a renovarse, como manda la Constitución. El golpe del 24 de marzo de 1976 sumió al país en la oscuridad.