Tucumán Rugby tuvo un inicio fulminante y un cierre soñado frente a Universitario. En apenas 26 segundos, Matías Sauze protagonizó un try de otro planeta: recuperó la pelota en su propio campo, corrió desde la línea de 22, esquivó rivales como un torpedo humano y apoyó el 5-0 que encendió la tarde. Y sobre el final, Gonzalo Albornoz selló el 16-14 con un penal que decretó el regreso del “Verdinegro” a una final del Regional del NOA.

El equipo de Hernán Macome comenzó con una gran intensidad. Desde el primer minuto, salió a asfixiar a “Uni”, a amordazar a una “Serpiente” que, si bien no muestra gran peligrosidad de manera constante, se mantiene sigilosa y al acecho. Sauze, de este modo, salió con una velocidad fulminante y anotó el primer try. Ese tanto mostraba que Tucumán Rugby había salido dispuesto a ganarse su lugar en la final: estaba preparado para luchar hasta el último minuto por volver a la cima. El “Verdinegro” ya había “roto la pared” en las finales de este año: venció a Liceo RC en el cierre del Torneo del Interior B, y ese antecedente lo ilusionaba con volver a coronarse como campeón regional.

Sin embargo, no todo iba a ser perfecto. Gonzalo Albornoz falló la conversión y la ventaja quedó en apenas cinco puntos. Universitario, con un juego más pragmático y menos vistoso, intentó seguir dentro del partido y apostó a los palos en múltiples ocasiones. Marcos Villagra descontó con un penal para el 5-3.

A partir de allí, el partido se tornó somnoliento: Tucumán Rugby movía la pelota de un lado a otro sin profundidad, mientras Universitario se defendía con fiereza. La única acción destacable fue otro penal de Villagra, que puso el 6-5 para la “Serpiente”. ¿Merecía estar arriba? La respuesta es relativa: “Uni” no había generado demasiado peligro, pero cada avance lograba inquietar a su rival.

Mientras tanto, Albornoz seguía errático frente a los palos y desperdició un penal en el inicio del segundo tiempo. Recién en su tercer intento pudo cambiar su suerte y devolver la ventaja al “Verdinegro”. Con ese envión, Santiago Heredia apoyó un try a puro empuje que puso el marcador 13-6. Pero otra vez, Albornoz falló la conversión y la “Serpiente” seguía con vida.

Universitario volvió a descontar con un penal de Villagra, y minutos más tarde Thiago Sbrocco apoyó un try que parecía de otro partido. “Uni”, fiel a su costumbre de mejorar en los segundos tiempos, pasó al frente 14-13. Sin embargo, Villagra falló la conversión que podría haber sido decisiva.

En los últimos instantes, Tucumán Rugby encontró un penal. Albornoz, que hasta ese momento había tenido una tarde irregular, respiró profundo, miró a la H y cambió el destino del partido: su remate limpio y preciso estableció el 16-14 definitivo.

El festejo fue un desahogo. Porque no solo significó el regreso a una final del Regional después de tres años, sino la confirmación de que Tucumán Rugby volvió a ser ese equipo que no se rinde, que puede levantarse después de tropezar. Un equipo que, fiel a su historia, encontró en el inicio y en el final -en la primera carrera de Sauze y en la última patada de Albornoz- la síntesis de su espíritu: intensidad, coraje y precisión.

La tarde se apagó en la cancha de Los Tarcos, pero la sensación fue clara: el “Verdinegro” volvió a rugir como en sus mejores tiempos, y ahora sueña con que esa primera corrida de Sauze haya sido apenas el preludio de una nueva conquista.