El término detox se ha popularizado muchísimo y se aplica a diferentes ámbitos. La etimología del término proviene de la palabra detoxification (acción de sacar o eliminar el veneno).

El término sirve para explicar el proceso que implica limpieza y purificación que restaura el equilibrio. El detox digital se centra en reducir la sobrecarga de información, el estrés y los hábitos que agotan la energía psicológica. En específico, lo relacionado con la tecnología tiene como objetivo reducir o eliminar la hiperconectividad, la estimulación constante de las pantallas y la dependencia del trabajo digital.

La vida antes de los teléfonos digitales es difícil de recordar. Los dispositivos móviles son casi una extensión de nosotros mismos y ahora nuestra vida es tan pública que se comparte en las redes sociales. Es fácil, entonces, perder de vista el impacto negativo de toda esta tecnología. Una desintoxicación digital resulta fundamental para reconectar con las personas personalmente, en lugar de una pantalla.

El detox digital, o desintoxicación digital, es la práctica de reducir o eliminar intencionalmente el uso de dispositivos tecnológicos (teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas, redes sociales, correo electrónico) durante un período de tiempo definido. 

Los beneficios serán múltiplies: mejorará la calidad del sueño; la luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño; fomentará la conexión real, redirigirá la atención hacia el entorno físico, las relaciones interpersonales directas y las actividades offline.

¿Cuándo se necesita un detox digital y qué se puede hacer?

Algunos de los síntomas que indican tomar un descanso de los dispositivos son: 

- Necesidad de revisar el teléfono constantemente; tanto que no la concentración es imposible.
- Sentir que se está perdiendo de algo si no revisas el teléfono con regularidad para ver las notificaciones y las publicaciones en redes sociales.
- Tras pasar tiempo en las redes sociales, la sensación que queda es de tristeza, enfado o ansiedad.
- Si no encuentras el teléfono, eso genera desesperación.
- Los dispositivos interrumpen el sueño.
- Prefieres interactuar con las personas virtualmente que en persona.

Identificados estos síntomas, hay acciones simples que recomiedan los especialistas:

- Si empiezas el día revisando correos, noticias o redes, tu cerebro entra inmediatamente en modo reactivo y estresado. Al evitarlo, le das espacio para planificar, meditar, o simplemente disfrutar de un café sin la presión del mundo digital. Esas primeras horas de la mañana deberían usarse para hacer ejercicio ligero, meditar, leer un libro físico, o escribir los objetivos del día.
- Desconexión en la mesa. Es muy común en la actualidad que al momento de alimentarnos (desayunos, almuerzos, cenas, solos o acompañados) el lugar no sea una zona libre de dispositivos. Comer mientras se mira una pantalla dificulta la digestión, disminuye la conciencia de lo que se come y roba la oportunidad de interactuar con quienes te rodean o de simplemente estar en el presente. Hay que dejar los dispositivos tecnológicos en otra habitación o en modo avión y disfrutar conscientemente de la comida.
- Silenciar las notificaciones forma parte del detox digital. En la configuración del teléfono hay que desactivarlas para que no aparezcan en la pantalla. Cada notificación es como un "secuestro" de atención. Al eliminarlas, se estima que se reduce la tentación de desbloquear el teléfono 50 veces al día. Si quieres revisar las redes o correos, lo harás intencionadamente, no por obligación.
- Poner el teléfono en modo Avión una hora antes de acostarte y dejarlo así hasta la mañana, garantiza que nadie interrumpa el descanso.
- Las aplicaciones que más distraen deberían agruparse en una carpeta y en la segunda o tercera pantalla de inicio. Eso obligará a buscar la aplicación y dar un paso extra (abrir la carpeta). Se generará una fricción: "¿Realmente necesito abrir esto ahora?". Si se dejan las redes en la pantalla principal, las abres por inercia.

Paulatino

No tiene que ser un "todo o nada". Se puede empezar con un mini-detox, por ejemplo durante el fin de semana, o establecer un período de dos horas al día libre de pantallas. Lo esencial es crear un espacio de tiempo donde la mente pueda aburrirse y divagar, permitiendo una auténtica recuperación.

En este sentido, la autora y periodista científica Catherine Price, vivió un momento de revelación que la llevó a escribir el libro "Cómo romper con tu teléfono: El plan de 30 días para recuperar tu vida". Ese episodio se produjo poco después del nacimiento de su hija.

“Había momentos en los que me encontraba despierta hasta altas horas de la noche… Tenía como una experiencia extracorporal, probablemente por la falta de sueño. Y la veía mirándome y yo estaba mirando mi teléfono y eso me destrozaba”, relató en una entrevista en CNN Salud.

“Normalmente no uso la expresión 'desintoxicación digital' -advirtió- porque para mí implica que uno está tratando de tomar un descanso total de la tecnología durante un período prolongado, lo cual no creo que sea realista para la mayoría de las personas”, dijo Price, consciente de la importancia que adquirió el celular en los últimos tiempos.

“La idea es que si terminas una relación, no estás diciendo que nunca más volverás a salir con nadie”, dijo. “Simplemente estás diciendo que esa relación no era la adecuada para ti. Ojalá te sirva para reflexionar y evaluar qué funcionó y qué no, y qué te gustaría encontrar en una nueva relación”, concluyó.