Santiago Ostengo, ingeniero agrónomo y director asistente en Tecnología Agropecuaria de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), habló en Encuentros LA GACETA y puso el foco en la innovación y el rol central de la genética en la producción azucarera.

Según explicó, "la variedad es el insumo clave en la caña de azúcar", ya que define tanto la productividad como la resistencia a plagas y enfermedades.

El programa de mejoramiento genético de la Eeaoc realiza un trabajo exhaustivo, que abarca desde el cruzamiento inicial de los padres hasta la liberación de nuevos cultivares.

El investigador destacó que las variedades desarrolladas por la Estación, que llevan la sigla TUC, ya representan el 50% de la superficie plantada en la provincia.

Ostengo resaltó que cada avance requiere un esfuerzo sostenido durante décadas: "Crear una variedad puede tardar entre 10 y 15 años", detalló. Este largo proceso es necesario para garantizar la estabilidad productiva y sanitaria del cultivo. "Cada cultivar que liberamos tiene detrás años de ensayos, análisis de rendimiento y validación en campo con los productores", detalló.

El desafío de la agricultura digital

El director asistente de la Eeaoc también abordó la agricultura digital como el nuevo paradigma para la toma de decisiones. Explicó que, si bien históricamente la información provenía solo de la investigación, hoy los productores también generan un gran caudal de datos mediante el uso de sensores, drones e inteligencia artificial.

"El desafío es articular todo ese flujo de información para mejorar la toma de decisiones y generar más conocimiento", planteó Ostengo, indicando que la integración de la ciencia tradicional con las nuevas tecnologías digitales es fundamental para el futuro de la producción de caña de azúcar.