Productores de yerba mate de Misiones alertaron sobre el impacto de las últimas medidas del Gobierno nacional, que, según advirtieron, eliminan herramientas clave de regulación y podrían concentrar la riqueza en manos de la industria, mientras los pequeños y medianos productores se encaminan a la quiebra. “Lo que estamos pasando hoy, lo pasamos en los 90”.
En diálogo con “BUEN DÍA”, el noticiero de LG Play, Jonas Peterson, productor y ex director del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYB), comparó la desregulación de la industria de la yerba mate impulsada por el gobierno de Javier Milei con el libre mercado durante el gobierno menemista, que incluyó la intervención de la Comisión Nacional de la Yerba Mate (CRYM). “Estas políticas llevaron en aquel momento a la actividad yerbatera. Nos hicieron muchos daños, y terminamos vendiendo nuestro producto a cambio de mercadería y combustible”, rememoró para describir la actual crisis.
“En ese entonces, salimos a pelear, a buscar herramientas para defendernos y surgió lo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), reflejo del Instituto Nacional de Vitivincultura (INV) y anhelando ser lo que fue la CRYM. Así, durante 20 años se fijaron los precios mínimos de sostén en el inicio de la cosecha para los pequeños y medianos productores de toda la provincia (Misiones)”, subrayó.
En esa línea, Petersen dejó en claro que “a partir del DNU 70/2023 se eliminó la posibilidad de fijar precio y ahora con este último decreto -ideado por Federico Sturzenegger- se elimina por completo el capítulo de precio de la ley del INYM”. Además, se eliminan toda posibilidad de que el Instituto pueda generar herramientas para producir el equilibrio entre la oferta y la demanda: eliminan calendario de cosecha, eliminan controles de calidad de importación”.
“Esto nos deja en una posición muy desigual frente al sector industrial, que tiene un poder adquisitivo muy alto, mientras nosotros tenemos una necesidad muy urgente”, agregó.
El productor señaló que la desregulación de la industria de la yerba mate ya impacta en los ingresos del sector: “Ya a partir de 2023 el precio se fue desboronando. Nosotros llegamos a cobrar $400 el kilo hoja verde y hoy estamos cobrando entre $200 y $250 por kilo. La situación está muy crítica. Por ejemplo, en aquel entonces teníamos, entre el costo de producción, un precio del gasoil de $350, cuando hoy está pisando los $1900. El costo subió y el precio bajó. Imagínense cómo están los productores actualmente. La situación es difícil y la expectativa es empeorar, no mejorar”.
E insistió: “Estamos muy tristes por lo que está sucediendo y no sabemos cómo hacer para convencer al Gobierno nacional que la regulación es la salida para nuestra actividad yerbatera. Un Instituto fortalecido y que tenga el control de la actividad es la salida para que sea negocio para todos y no solo para para los grandes. Que no sea miseria para los pequeños”.
"Concentración"
El referente hizo hincapié en que “hace un par de años atrás no se veía tierras de pequeños productores a la venta”, pero “hoy, mirando los grupos de compraventa, se ven muchas ofertas de propiedad de los productores chicos”. “La industria hace dinero con nuestra materia prima y con esa misma plata termina comprándonos las propiedades y va a terminar concentrándose la riqueza en mano de pocos y desapareciendo los pequeños y medianos productores”, alertó.
El impacto para el consumidor también fue cuestionado. “Supuestamente, el objetivo de las medidas del Gobierno nacional era que los consumidores tengan un producto más económico, más barato. Que los consumidores digan si desde el 2023 hasta hoy están pagando más barata la yerba de lo que pagaban antes. No, absolutamente no. En definitiva, estas medidas para lo único que sirvieron fueron para que un sector quede con mucha más riqueza y otro se vaya empobreciendo mucho más. En este caso, el sector que tiene más poder económico ‘la está juntando con pala’ y el más empobrecido se está yendo a la quiebra”, advirtió.
Frente a la situación, los productores analizan medidas de presión: “Siempre que hubo este tipo de problemas paramos la cosecha antes de iniciar la cosecha, y nos juntamos los productores para ver cómo hacemos para poder presionar un poco. La verdad que el Gobierno nacional nos puso bastante difícil la situación porque, aparte de quitarnos la posibilidad de fijar el precio, le abre la puerta a las importaciones de yerba mate sin controles de calidad”.
“Si nosotros paramos de producir como presión para que el precio aumente, los empresarios van a decir: ‘Bueno, me voy a buscar a Brasil a Paraguay; total, no vamos a tener barrera de control de calidad’”, manifestó.
Y concluyó: “No he visto nunca que un país diga que un producto de otro país pueda entrar sin un mínimo control de calidad. Es bastante provocativo. Es como decir: mirá, quedate quieto, hacé lo que decimos nosotros o te vamos a comprar productos de otro lado y te vamos a hacer bolsa igual. Entonces, estamos bastante acorralados en esta situación”.