El Seven de Yerba Buena concretó con creces su cuarta edición en el circuito tucumano. En la sede del Jockey Club, el evento coordinado por Martín Terán y Cayetano “Tani” Fortino dibujó un día de puro rugby y fiesta. Palau 7 se llevó el trofeo de la categoría A, San Martín festejó en la Copa B y el seleccionado de Salta ganó el duelo frente a Los Naranjas, además de una exhibición especial del combinado femenino.

La acción inició a las 9 y, desde temprano, mostró signos de convertirse en una verdadera celebración del deporte. El predio del Jockey se vio repleto de jugadores, familiares y aficionados que se acercaron a vivir una jornada de alto vuelo rugbístico, que contó con el apoyo del Ente Tucumán Turismo, la Municipalidad de Yerba Buena y la Unión de Rugby de Tucumán.

La edición 2024 había coronado a Cardenales como campeón de la Copa A tras imponerse a Naranja A, y este año el certamen decidió ampliar su propuesta con tres trofeos en juego. La Copa Categoría A “Municipalidad de Yerba Buena” reunió a Palau 7, Universitario, Lince y Aguará Guazú por la zona 1; mientras que Natación y Gimnasia, Universitario (Salta), Los Tarcos y Jockey Club integraron la zona 2.

Palau 7 (el combinado de Lawn Tennis)  se alzó con el título de la Copa A con un triunfo contundente: 40-7 sobre “Uni” de Salta. El equipo se mostró sólido durante toda la competencia y la final no fue la excepción. Exhibió un nivel altísimo que la visita no pudo contener.

“Estamos muy contentos. Fue un día complicado por el calor; los partidos se hacen más pesados de lo normal. Pero se hace más fácil cuando somos un grupo de amigos: empujamos hasta el final para llevarnos la victoria”, contó Miguel Mukdise, capitán del equipo.

Por su parte, Lucas Ferro, entrenador de Palau, destacó el rendimiento de sus dirigidos. “Es una gran oportunidad para que los chicos sigan mejorando. Si bien es una disciplina distinta al XV, ayuda mucho a la destreza de los jugadores, sobre todo de los más chicos”. Y agregó, sobre las claves del triunfo: “Los muchachos entendieron a la perfección lo que planteamos: aprovechar nuestras fortalezas individuales mediante el juego abierto. Creo que nos salió muy bien”.

El equipo, formado hace apenas una semana, demostró su potencial en esta primera prueba. Además, fue por lejos el conjunto más alentado desde las tribunas, colmadas de niños y familiares.

Por otro lado, la Copa Categoría B “Friar” se realizó para conjuntos en desarrollo. Participaron Aguará Guazú “B”, Liceo y La Querencia (zona 1); y San Martín, Tafí Viejo y Bajo Hondo (zona 2).

La final enfrentó a San Martín y Bajo Hondo, con victoria del “Santo” por 31-7. El campeón impuso condiciones de principio a fin, con buenos tackles y una defensa individual que marcó diferencias.

“Estamos muy felices. Veníamos de un año en el que hicimos las cosas muy bien, pero por cosas del deporte no se nos daba. Sufrimos mucho y estamos muy orgullosos de cerrar el año como campeones”, describió Tomás Julio, autor de uno de los tries de la final.

Entre todos los ganadores del día, los jugadores de San Martín fueron quienes más desbordaron alegría. Apenas sonó el silbato, gritaron al ritmo de “dale campeón” y cumplieron con todos los rituales de victoria: levantaron el trofeo, se arrodillaron, cantaron y celebraron como un desahogo tras tantas finales perdidas. “Parece que ganamos la Champions”, dijo entre risas Franco Bulacio. “Perdimos muchas finales este año. Necesitábamos una alegría así. Vinimos a ganar”, agregó, aún visiblemente emocionado por la victoria.

DESAHOGO. San Martín festejó el título de la Copa B con sabor a revancha.

En medio de la acción deportiva, Rodrigo Ferro y Hernán Zanelatto, dos de las caras visibles de la organización, expresaron sus sensaciones acerca del gran evento. “Tuvimos muchísimo apoyo y nos tocó un clima espectacular. Tener la presencia de los seleccionados nos da un plus importante”, destaca Zaneletto. “Cada año nos vamos superando más. Siento que estos eventos son muy importantes para la provincia. El año que viene vamos a tener más sorpresas, estamos muy contentos”, agregó Ferro, mientras miraba atentamente cómo se defininían los últimos partidos de la jornada.

Con las exhibiciones de los seleccionados de Tucumán y Salta y el amistoso del combinado femenino de Las Naranjas, el Seven de Yerba Buena cerró la jornada deportiva con la entrega de premios, entre aplausos y festejos. Los food trucks y los puestos de comida que formaban parte del predio comenzaron a llenarse de personas que se acercaron a disfrutar de alguna propuesta gastronómica. Después, el rugby dejó paso a la celebración: el predio empezó a transformarse para la fiesta del Seven, el tradicional encuentro nocturno que ya es un clásico entre los más jóvenes y que coronó la jornada a todo ritmo.