El Gobierno nacional activó este mediodía un nuevo cónclave de su mesa política con una misión urgente: blindar el Presupuesto 2026 y suturar las heridas tras la accidentada sesión en la Cámara de Diputados. Pese a encontrarse en el edificio, el presidente Javier Milei optó por delegar la negociación en sus colaboradores más cercanos para recibir a un coro evangélico en una actividad navideña.
La reunión, que se desarrolló en la planta baja de la Casa Rosada, estuvo liderada por figuras clave del esquema oficialista, incluyendo al asesor Santiago Caputo, el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, y ministros del gabinete.
El objetivo central fue procesar el "sabor agridulce" de la última semana, aunque el oficialismo logró la media sanción general del Presupuesto con 132 votos, sufrió una derrota significativa en capítulos clave que no contaron con el respaldo de los gobernadores aliados.
Las tensiones con las provincias
El desaire de los mandatarios provinciales en la votación de los artículos más drásticos encendió las alarmas en Balcarce 50. “La dinámica se volvió a desordenar”, admitieron fuentes oficiales, al reconocer que el intento de un "tratamiento exprés" de las reformas terminó desgastando los acuerdos previos.
Pese a las versiones cruzadas sobre un posible veto presidencial, el propio Milei intentó bajar el tono a la polémica al destacar que lo más importante es que el proyecto respeta el "déficit cero". Ahora, la estrategia se traslada al Senado, donde el oficialismo buscará salvar lo que queda del año legislativo antes del cierre de las sesiones extraordinarias.
El orden de prioridades
La hoja de ruta que se trazó en el encuentro de hoy no termina en el Presupuesto. La Libertad Avanza busca aprovechar el tramo final del año para avanzar con la Reforma Laboral, aunque el clima de desconfianza con los bloques aliados y los gobernadores obliga a un reordenamiento táctico que la mesa política espera consolidar en las próximas horas.