El avance de las investigaciones judiciales que rodean a la Asociación del Fútbol Argentino volvió a sacudir su estructura interna. En las últimas horas, dos magistrados de peso que integraban los tribunales de Ética y Disciplina de la AFA presentaron su renuncia, en un entorno marcado por denuncias de corrupción y por cuestionamientos cada vez más fuertes a la convivencia entre funciones judiciales y cargos dentro del fútbol.

Se trata de Diego Barroetaveña y Juan Ignacio Pérez Curci, ambos camaristas federales y, a la vez, conjueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Hasta ahora, Barroetaveña se desempeñaba como titular del Tribunal de Ética de la AFA, mientras que Pérez Curci ocupaba un rol central en la Cámara Nacional de Resolución de Disputas del organismo. Sus salidas fueron confirmadas el pasado viernes y, según fuentes judiciales, no se descartan nuevas renuncias en los próximos días.

Las dimisiones se producen en paralelo al avance de causas por fraude, evasión y lavado de dinero que involucran a la conducción de la AFA, encabezada por Claudio “Chiqui” Tapia y su tesorero Pablo Toviggino. Pero el detonante inmediato fue institucional: un pedido formal de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) ante la Corte Suprema para que se disponga el cese de funciones de todos los magistrados del Poder Judicial que integran órganos disciplinarios y éticos de la AFA.

El conflicto de intereses que encendió las alarmas

Uno de los argumentos que sobrevoló las renuncias, aunque no fue explicitado públicamente, es el riesgo de conflicto de intereses. Barroetaveña y Pérez Curci forman parte del listado de conjueces de la Corte Suprema, una figura clave en el actual funcionamiento del máximo tribunal, que hoy cuenta solo con tres ministros en funciones: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.

Cada vez que hay divergencias entre ellos, el reglamento prevé el sorteo de dos conjueces (presidentes de Cámaras Federales de todo el país) para completar la integración y permitir un fallo con mayoría. En ese esquema, los dos magistrados ahora renunciantes podrían haber sido llamados a intervenir en causas penales que rozan directamente a la AFA, lo que volvía insostenible su doble rol.

La preocupación no es nueva. En ámbitos judiciales ya se miraba con recelo la participación de jueces federales en los tribunales internos del fútbol, sobre todo cuando el organismo rector quedó bajo la lupa por investigaciones de alto impacto público.

Las renuncias de Barroetaveña y Pérez Curci no fueron las primeras. Diez días atrás, el juez federal de San Martín Néstor Barral dejó su cargo en el Tribunal de Disciplina de la AFA. Su salida se produjo luego de negarse a firmar la resolución que sancionaba a Juan Sebastián Verón por el episodio del “pasillo” de Estudiantes a Rosario Central.

Antes, también habían abandonado sus cargos Martín Peluso, juez en lo Criminal y Correccional porteño, y Esteban Mahiques, funcionario de Cancillería. Hasta el estallido del escándalo, la AFA contaba con 26 integrantes distribuidos entre los tribunales de Disciplina, Ética y Apelaciones. A ese esquema ya debilitado se sumó, además, el fallecimiento de Eduardo Bozzi en octubre.

El reclamo de ACIJ y la incompatibilidad legal

El planteo de ACIJ, ingresado a la Corte Suprema el 19 de diciembre, puso el foco en una práctica que, según la organización, se arrastra desde hace décadas. En su presentación, la ONG sostuvo que el ejercicio simultáneo de funciones judiciales y cargos en la AFA viola el principio de exclusividad de la magistratura y compromete la imparcialidad del Poder Judicial.

El escrito recordó que la normativa vigente prohíbe a los jueces desempeñar empleos públicos o privados, salvo excepciones muy acotadas, y remarcó que la actividad en tribunales deportivos implica tareas propias de la profesión jurídica, equiparables a la magistratura. En un contexto donde se investigan manejos de fondos millonarios y decisiones disciplinarias de fuerte impacto, la convivencia de ambos mundos quedó bajo una lupa inédita.

Qué tribunales quedan en pie

Pese a las salidas, los órganos internos de la AFA siguen integrados por figuras con peso institucional. El Tribunal de Disciplina continúa presidido por el escribano Fernando Mitjans, secundado por el camarista Sergio Fernández, mientras que en sus filas aún aparecen nombres como el ex juez federal Jorge Ballestero.

En el Tribunal de Ética, tras la salida de Barroetaveña, permanecen magistrados y funcionarios judiciales de distintas jurisdicciones del país, entre ellos Ricardo San Juan, presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, y Pablo Morán, juez federal de Formosa.

El cuadro general expone una crisis institucional profunda. La salida de conjueces de la Corte Suprema marca un punto de inflexión en la relación entre la AFA y el Poder Judicial, justo cuando las investigaciones penales avanzan y la presión pública crece.

Lo que durante años funcionó como una estructura naturalizada (la presencia de jueces en los tribunales del fútbol) hoy aparece seriamente erosionada. Con causas abiertas, denuncias en curso y un éxodo que podría continuar, el andamiaje disciplinario de la AFA atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente.