UKUSHIMA, Japón.- Mientras los japoneses cuentan los muertos por miles, crece la preocupación por las consecuencias económicas del desastre que arrasó a la isla el fin de semana.
Las rutas, los trenes, la energía y los puertos han sufrido interrupciones en gran parte del noreste del país y las estimaciones sobre el costo del desastre subieron a 170.000 millones de dólares. Los economistas creen que la economía podría volver a sumirse en una recesión.
Las acciones japonesas cerraron con una baja de más del 7,5%, en la mayor caída desde el peor momento de la crisis financiera del 2008.
Casi 850.000 hogares estaban sin energía en el norte del país, según la compañía Tohuku Electric Power co, y el Gobierno dijo que al menos 1,5 millones no tenían agua potable. Decenas de miles de personas permanecían desaparecidas.
En Tokio, los trenes de pasajeros estaban interrumpidos y los camiones no podían hacer entregas de suministros, por lo que los supermercados tenían las góndolas vacías.
Las estimaciones del impacto económico están recién comenzando a emerger. Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo en una nota a clientes que las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares sólo en la región afectada por el sismo y el tsunami.
Firmas internacionales enfrentaban interrupciones en sus actividades debido a que el sismo y el tsunami destruyeron infraestructura vital, dañaron puertos y derribaron fábricas que suministraban desde componentes de alta tecnología hasta acero.
Este fue el sismo de mayor intensidad que golpea al país desde que comenzó a llevar registros hace 140 años. (Reuter)