KIEV, Ucrania.- La peor pesadila de los padres se tornó en el sueño cumplido de un pequeño en Europa del Este. Un niño de nueve años gastó todos los ahorros de sus progenitores en caramelos y comida chatarra.
Según información provista por la Policía local a la agencia UPI, el menor gastó alrededor de U$S4.000 en caramelos y comida varia, con dinero que los padres escondían en un sofá de la casa en donde residen. El padre fue el primero en notar la desaparición de los ahorros, cuando fue a abrir el escondite.
El niño se hizo de U$S3.300 y cerca de 600 euros, que convirtió a moneda ucraniana con la ayuda de un adulto con desorden mental, quien recibe propinas por su trabajo.
Los padres se acercaron a una Comisaría para hacer la denuncia por robo. Sin embargo, al volver a casa y mantener una larga discusión, su hijo terminó confesando la fechoría. LA GACETA ©