En la esquina de Muñecas e Italia, la casilla que antiguamente ocupaba el guardabarrera es un emblema del abandono que castiga la zona. En otros tiempos la garita contribuía con la seguridad en el tránsito; ahora es uno de los escenarios de las perturbaciones que soporta el vecindario. "Este lugar parece tierra de nadie", afirmó una vecina (pidió que no se publique su nombre por temor a las represalias). Ella está harta de los desmanes que -afirma- protagonizan jóvenes estudiantes y otras personas que casi todos los días se reúnen a lo largo de las vías del ferrocarril. Durante el día, la garita permanece cerrada con un candado. De noche se reúnen desconocidos que desvelan al barrio con gritos y música a todo volumen, producto del consumo de alcohol.
Ajenos a todo
Lo increíble es que a menos de una cuadra se encuentra la Escuela de Policía y, a pocos metros de ella, la central de esa fuerza de seguridad y la Brigada de Investigaciones. A 200 metros asoma el imponente edificio de la Legislatura, que también dispone de una guardia policial.
"Los de la Escuela poco o nada hacen por la seguridad de esta zona. No sé si tendrán facultades, pero alguien tiene que intervenir aquí", se quejó Rubén Ávila. El vecino advirtió que deberían iluminar el sector de las vías del ferrocarril. Explicó que ahí se reúnen estudiantes que no entran a clases. "Los muchachos y las chicas se dedican a tomar bebidas alcohólicas durante todo el día -agregó-. Es una pena el drama de esos chicos sin control".
José, verdulero instalado en la misma esquina, defendió al hombre que ocupa la garita e insistió en que el verdadero problema son los terrenos ferroviarios abandonados y sin iluminación. "Sirven de amparo a cualquier desconocido; gente adicta a las drogas o el alcohol", enfatizó.
El comisario principal José Bustamante, director de la Escuela de Policía, aclaró que la institución a su cargo es ahora un Instituto de Enseñanza Superior (IES) que capacita a futuros custodios de la seguridad. "No es nuestra facultad intervenir en los conflictos que plantean los vecinos. De todos modos, los centinelas intervienen a veces en hechos específicos, como robos u otros delitos que sorprenden a esta zona", admitió.
Sin denuncias
La conflictiva esquina pertenece a la jurisdicción de la comisaría quinta. El comisario Mario Toledo, a cargo de la repartición, informó no existen denuncias de vecinos cercanos a las vías. "Desde que asumí, en febrero, nadie vino a exponerme los problemas que ahora se ventilan. De todas maneras estamos realizando operativos periódicos con la colaboración de la Patrulla Vial y de Infantería -indicó-. "Es una forma de espantar a los malvivieres".
Sin embargo, en los alrededores de Italia y Muñecas los vecinos siguen esperando una solución que no llega. "Los fines de semana el problema es peor. Desde las vías estallan gritos y corridas que no nos dejan descansar. De ahí el reclamo", resumió Sergio Andrada.