Durante los primeros días de abril, el Grupo Caña de Azúcar del INTA EEA Famaillá, con la colaboración de las AER Monteros y Aguilares, estimaron la evolución de los rindes sacarinos en los cañaverales comerciales de Tucumán. El muestreo incluyó 29 localidades representativas del área cañera, con las variedades de mayor difusión a nivel comercial.
Se recolectaron 186 muestras, que fueron acondicionadas para su molienda. Éstas fueron procesadas dentro de las 24 horas en un trapiche experimental, con extracción cercana al 45% y presión constante de 150 kg/cm2.
Los valores expresados corresponden a niveles de azúcar recuperable a partir de caña "limpia" sin incidencia de materias extrañas. Los principales parámetros de calidad analizados fueron Pol % Caña, Pureza y Rendimiento Fabril Teórico (RFT %), los que se encuentran agrupados por zonas geográficas dentro del área cañera provincial.
En general
Respecto de igual período de muestreo de la campaña anterior, el primer relevamiento de 2013 registra valores de calidad de la materia prima prácticamente iguales para los principales parámetros analizados.
RA 87-3 y CP 65-357 se expresan con mejor precocidad madurativa que el resto de las variedades. No obstante, los valores de LCP 85-384 se encuentran muy próximos a los dos cultivares más precoces, con un 7% menos de RFT (0,5 punto) en relación a ellos.
Entre las tres principales regiones de la provincia, se registran diferencias importantes en el comportamiento madurativo. El Sur y el Centro del área cañera presentan valores similares, mientras que la región Noreste expresa los valores más bajos de calidad fabril, siendo un 14,3% inferior respecto a las dos primeras regiones. Esta situación evidencia el retraso madurativo, considerando que en esta campaña los valores de la media provincial son prácticamente iguales a los del año anterior.
Es importante destacar que en todas las variedades analizadas se advierte una dispersión de los valores sacarinos, propios del primer momento de muestreo, como consecuencia de las diferentes épocas de cosecha, fertilización y efectos dispares de las variables agroclimáticas propias de cada región.
Al analizar los factores con mayor incidencia sobre la maduración del cañaveral, podemos mencionar que el volumen y distribución de las lluvias fueron adecuados, en especial en la segunda década de marzo. Un factor importante fue la heliofania (presencia de brillo solar durante el día), que tuvo un valor elevado de 6,6 horas como promedio entre la primera y tercera década del mes, lo que representa una excelente insolación.
Otro elemento favorable a la maduración fue la amplitud térmica registrada durante marzo, que alcanzó una diferencia promedio de 10° entre la máxima y la mínima (máxima promedio: 26,4°C; mínima promedio: 16,4°C). Estas condiciones incidieron en gran medida, favoreciendo un inicio firme de la etapa de maduración del cañaveral.
El Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá prevé continuar con un relevamiento detallado de la evolución del ciclo madurativo de los cañaverales próximos a molienda, y destacó que los valores obtenidos son orientativos y tienen por finalidad ejercer una comparación, con igual fecha de análisis de campañas anteriores.