EL CAIRO.- Protestas islamitas llevaron a un baño de sangre en todo Egipto, con por lo menos unos 50 muertos solo en El Cairo en un "Día de la Ira" convocado por los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi contra la represión del Gobierno apoyado por los militares. Mientras el eco de armas automáticas resonaba en la capital, el enfrentamiento parecía encaminarse cada vez más rápido hacia la confrontación armada, evocando conflictos del pasado entre militantes islamitas y el Estado de la nación más poblada del mundo árabe.
Los Gobiernos occidentales pidieron moderación después de la muerte de cientos de personas en una ofensiva de las fuerzas de seguridad contra campamentos de manifestantes hace dos días.
El rey Abdullah de Arabia Saudita respaldó sin embargo las tácticas usadas por el Gobierno contra los Hermanos Musulmanes al decir ayer que su nación apoyaba a Egipto en su lucha contra el "terrorismo". Helicópteros del Ejército sobrevolaron a baja altura a los seguidores de Mursi reunidos en la Plaza Ramsés, escenario de gran parte del derramamiento de sangre del viernes en El Cairo. Humo negro emergía de al menos una enorme fogata que iluminaba el cielo nocturno tras la puesta del sol.
Testigos vieron los cuerpos de 27 personas, aparentemente alcanzadas por balas y perdigones, envueltos en sábanas blancas en una mezquita. Un fotógrafo de la agencia Reuters dijo que las fuerzas de seguridad abrieron fuego desde varias direcciones cuando una estación de policía fue atacada. Hombres con armas automáticas parecieron participar en las protestas en El Cairo.
En la Plaza Ramsés, varios hombres portaban armas y manifestantes aclamaron la llegada de autos con personas armados. "Tarde o temprano moriré. Mejor morir luchando por mis derechos que en mi cama. Las armas ya no me asustan más", aseguró Sara Ahmed, una directora de negocios de 28 años, quien se unió a una marcha de miles de manifestantes desde el noreste hacia el centro de El Cairo. "No se trata de los Hermanos Musulmanes, se trata de derechos humanos". Más de 30 personas murieron en enfrentamientos en otras partes del país. Un funcionario de seguridad dijo que 24 policías resultaron muertos y 15 comisarías fueron atacadas desde el jueves, lo que ilustra la escalada de violencia.
Medios estatales endurecieron su retórica contra los Hermanos Musulmanes, que gobernaron el país durante un año hasta que el Ejército derrocó Mursi el 3 de julio, describiendo la participación de grupos como Al Qaeda y sugiriendo que hay pocas esperanzas de llegar a una resolución política para la crisis. (Reuters)
Los enfrentamientos golpean al turismo
Profundamente polarizado tras meses de turbulencia política, Egipto está cerca del abismo y sumido en el caos. Los Hermanos Musulmanes y sus seguidores se niegan a aceptar el derrocamiento de Mohamed Mursi. El movimiento islamita reclama la renuncia del general Abdel Fattah al-Sisi y la restitución de Mursi, quien está detenido y no ha sido visto en público desde su derrocamiento.
La violencia golpea la industria turística, después que los gobiernos europeos advirtieron a sus ciudadanos a mantenerse lejos de las atracciones (las pirámides especialemente) lo que llevó a algunos operadores a cancelar sus paquetes a esa nación. Thomas Cook y TUI Germany, parte de la mayor agencia de viajes de Europa TUI Travel, canceló todos los viajes a Egipto después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania pidió a los amantes del sol y buceadores europeos evitar viajar a los populares balnearios egipcios. Mostrando su descontento con la peor matanza en generaciones, el presidente de EEUU, Barack Obama, dijo que la cooperación normal con El Cairo no podría continuar. (Reuters)