HAMILTON, Nueva Zelanda.- Si hay algo por lo que no se puede criticar a Nicolás Sánchez es por falta de sentido de la oportunidad. Justo frente a los All Blacks, el Barcelona del rugby, explotó sus virtudes al máximo y desintegró cualquier eventual remanente de duda que pudiera existir acerca de a quién pertenece la 10 de Los Pumas. Para decirlo sin rodeos, el tucumano redondeó una actuación perfecta, que prolongó y acentuó lo que ya se había visto de él en el segundo tiempo contra Sudáfrica, en Mendoza. Fueron varios los aspectos en los que sobresalió y que lo erigieron, para la mayoría, como el hombre de la cancha.
Tal vez el que menos se notó fue el de la conducción, debido a que no sobraron los momentos en que Los Pumas tuvieran la pelota, y menos en situación de ataque. Pero cuando le tocó, jugó e hizo jugar.
Donde la rompió fue en defensa: registró 15 tackles, más que ningún otro. Uno de ellos detuvo a Kieran Read al borde del ingoal, en la jugada previa al try de Julian Savea. Una bestia.
No menos importante fue la efectividad hacia los palos. Se sabe que frente a los "hombres de negro" es obligatorio aprovechar cada oportunidad de marcar puntos, y Sánchez embocó tres de sus cuatro ejecuciones. La restante se quedó apenas corta, pero también iba adentro.
"Estaba esperando el momento para poder patear. Estoy contento porque me toca hacerlo ya que es algo que me gusta", sostuvo. "Perdimos con el mejor del mundo, pero por momentos le jugamos de igual a igual", agregó Sánchez.
Tanto se destacó "Cachorro" que el legendario Dan Carter, el mejor apertura del mundo, le obsequió su camiseta. "Un recuerdo inolvidable para mí. ¡Muchas gracias, Dan!", twitteó Sánchez, junto a la foto de la 10 "negra". "Bien jugado hoy, compañero", devolvió el gran Carter.
Eso sí, aunque la figura fue el apertura, Julio Farías también hizo un gran trabajo en los 55 minutos que estuvo en cancha. Sobre todo en los primeros 40', donde no dejó neocelandés sin tacklear. También jugó un papel importante en los rucks. Benjamín Macome solo tuvo cinco minutos, pero es seguro que no le faltará oportunidad. (Especial)