El presunto espionaje de EEUU a 35 líderes mundiales, incluso aliados, provocó la conmoción global. Pero los expertos ven pocas razones para sorprenderse, ya que es un secreto a voces y no sólo por parte de Washington.
"En realidad no me sorprende", señaló Wolfgang Ischinger, jefe de la Conferencia de Seguridad de Múnich, uno de los foros más importantes del mundo. "Todos debemos dar por hecho que se producen escuchas siempre que sea posible. La misión de cualquier organismo de espionaje es conseguir información, incluso sobre un socio. El problema no se resuelve si Barack Obama promete no volver a hacerlo; otros lo seguirán haciendo", afirmó. Sin embargo, admitió que el escándalo representa una "ruptura de confianza" y un daño "enorme" a la relación entre EEUU y sus socios europeos. Su postura está lejos de ser una excepción. Bernard Squarcini, ex jefe de la agencia francesa de inteligencia interior, se mostró "abrumado por la desconcertante ingenuidad" con la que reaccionaron los Gobiernos europeos. "EEUU nos espía a nivel comercial e industrial, al igual que nosotros los espiamos a ellos, porque defender nuestras empresas es un interés nacional. Nadie es inocente", aseveró.
Desde México, el ex presidente, Vicente Fox, consideró "un poco incoherente andar espiando y quejarte porque te espían".
La revista The Economist consideró que la práctica generalizada del espionaje explicaría la tibia respuesta al escándalo por la Unión Europea, que en su reciente cumbre descartó una condena, apostó por conversaciones bilaterales y destacó "la estrecha" relación con EEUU. "Los estadounidenses no son los únicos en llevar a cabo las escuchas", publicó el semanario británico.