Los productores tucumanos ya están trillando los granos gruesos que fueron sembrados a fines del año pasado y, por suerte, ya se obtienen rendimientos que podrían aliviar un poco la actual situación financiera que están soportando, luego de dos campañas seguidas en las que las pérdidas fueron la vedette, debido a la sequía que acompañó a la región.

Lo cierto es que las lluvias que se dieron fundamentalmente en febrero, sirvieron para que muchos cultivos de granos pudieran llegar a cosecha. Pero no todo son rosas, ya que los rendimientos que se están obteniendo son dispares y dependen de cómo se desarrolló el cultivo durante su crecimiento.

Los lotes que recibieron la suficiente agua, en tiempo y forma, seguramente rendirán mejor, y aquellos que, en general, fueron de ciclo corto y que sufrieron sequía durante gran parte del ciclo de crecimiento, los rendimientos son bastantes pobres. Pero por suerte, se puede decir que este año las cosas van mejor que los años anteriores, pero no tan buenos como los que tuvimos cuando las lluvias caían en el momento en que productor las necesitaba.

Lo bueno es que la trilla comenzó y los lotes cosechados se van liberando para la futura siembra de trigo o garbanzo, en la medida que la humedad del suelo sea la óptima para el desarrollo normal de estos dos cultivos invernales.

En los dos últimos años de siembra invernal en la provincia poco y nada se pudo realizar, debido a que los suelos no tuvieron la humedad necesaria y ahora se avizora que muchos lotes podrán ser sembrados.

Sin agua no hubo siembra

En las campañas pasadas la sequía fue determinante para no sembrar, pero también se sumaron las regulaciones nacionales realizadas en el mercado de grano, principalmente el trigo, que hizo que los que sembraran, al tener humedad, sean contados con los dedos de la mano.

Sin duda que, cuando un suelo tiene la suficiente humedad, las perspectivas de siembra posterior de granos de verano no sufrirá por una faltante de agua, y la siembra de cultivos invernales pasa a ser una realidad.

Se calcula que, para esta campaña, los valores en superficie en la provincia con el cereal invernal superarían los bajísimos valores de la campaña invernal pasada, que apenas alcanzaron las 12.000 ha y que podrían acercarse a las del invierno de 2012, que fueron de 75.000 ha de trigo y las 9.000 ha de garbanzo.

Es importante destacar que estos cultivos tienen importancia económica para la zona y para el productor, ya que es un cultivo al que si se le hacen los trabajos como corresponde, puede fondear de plata para una nueva campaña de granos gruesos y tener utilidades interesantes. Por ello, es importante que el año se presente mejor y que se pueda sembrar algún cultivo de invierno, para que los productores puedan tener otro ingreso que ayude al actual que se logrará con la trilla de gruesa.

Lo real es que, a pesar de que en la zona en general se procura hacer un trigo barato, por las condiciones actuales de comercialización de este cereal, con el cierre de las exportaciones y las idas y venidas del Gobierno Nacional sobre la no exportación en esta campaña, sólo generan mayores incertidumbre y es esto es lo que ya sucedió en el NOA. En las zonas trigueras del país, que todavía deben sembrar, seguramente tendrán un efecto similar.

Perdiendo oportunidades

Indudablemente esta crisis “campo versus Gobierno”, que todavía sigue ocupando gran parte de la agenda nacional, sigue siendo monitoreada y aprovechada por los países vecinos, como Uruguay, que ya sigue sembrando lo que nosotros no hacemos y siguen ofreciendo inversiones y tierras para arriendo, más barata que en Argentina, o la posibilidad de incorporarse como inversores en pooles de siembra de trigo.

El futuro del trigo preocupa muchísimo. En la actualidad, el precio del cereal aumenta en el mercado nacional y, seguramente, el interés del productor debería ser mayor, pero seguramente lo pensará dos veces si todavía no se decidió a sembrar. Lo cierto es que muchos lotes, que están siendo desocupados por soja, no son sembrados inmediatamente por trigo, sino que esperaran para la toma de decisiones para saber cómo será el manoseado mercado del trigo y cómo será la situación hídrica del suelo.

No caben dudas que, para los cultivos de invierno, este año las estimaciones de siembra son inciertas, ya que al no haber el suficiente estímulo oficial o en muchos casos adecuadas condiciones climáticas, el área a implantar de trigo, se verán afectadas. Esto solo hace que otros países, como Uruguay y Paraguay, siga lentamente en su expansión comercial en el mercado de granos, cubriendo los espacios que nuestro país deja de lado, y que actualmente sean potencial es vendedores de trigo para nuestro país. Lo real es que el “granero del mundo” que fuimos, ya no lo es para muchos países. Lo peor es que perdimos credibilidad ante quienes fueron nuestros incondicionales compradores de grano.