BUENOS AIRES.- Cuando la Argentina modificó su Índice de Precios al Consumidor (IPC) este año, los inversores se mostraron aliviados de que la tercera economía de América latina estuviese tratando de ganarse la confianza de los mercados financieros tras años de reportar una inflación muy por debajo de la real. La Argentina presentó un nuevo IPC como una de sus estrategias para restablecer el crédito internacional y mejorar las reservas del Banco Central, luego de una caída de más de un 30% el año pasado. Pero, el nuevo índice continúa mostrando una inflación menor a las estimaciones de los analistas y el Gobierno dejó de detallar los productos medidos, algo que disparó preguntas sobre qué porcentaje del dato oficial está siendo afectado por los controles de precios.
“Simplemente, los precios minoristas de están manipulados por la deformación de los ‘precios cuidados’ que no tienen ninguna certeza, ya que por el tamaño de los productos que incluye, no abarcan las adquisiciones mayoritarias de la población”, dijo el ex presidente del Banco Central Rodolfo Rossi.
Desde 2007 a 2013, el IPC reflejó poco más que la opinión del zar de precios del Gobierno, Guillermo Moreno, feroz defensor de las políticas de la presidenta Cristina Fernández. Moreno era conocido por presionar a empresarios para que mantuvieran los precios bajos. En esos años, Argentina reportó una inflación que era la mitad de la informada por consultores privados.
La inflación oficial de 2013 fue del 10,9%, lo que se compara con estimaciones privadas que la ubicaron en el 25%. El nuevo índice mostró una inflación del 3,7% en enero, muy por debajo del 5,6% estimado por analistas en una encuesta realizada por Reuters. En febrero, se informó una inflación del 3,4% contra un 4,2% estimado por economistas. En marzo, la inflación oficial fue del 2,6%, más cercana al 3% de la encuesta de Reuters. El ministro de Economía, Axel Kicillof, ha dicho que sólo el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) tiene la capacidad de medir la inflación en un país tan grande como Argentina.
El Indec no da detalles de los datos que conforman las seis regiones que componen el IPC. Tampoco publica promedios de precios para los productos incluidos ni informa la inflación subyacente, que mide tendencias de largo plazo. “Ahora no se sabe muy bien que están haciendo porque cada vez difunden menos información. No publican ni los precios de referencia ni datos regionales, solo un dato nacional (...) Simplemente ocultan los datos”, dijo Marcela Almeida, una matemática del Indec, a Reuters.
Algunas de las funciones que cumplía Almeida le fueron retiradas a fines de 2007 luego de sus primeras quejas públicas sobre el índice. Fue restituida en su cargo por un juez este año, pero ya no está directamente involucrada en la preparación del IPC. Funcionarios del Indec rechazaron ser entrevistados para este artículo.
El segundo y último período de Fernández como presidenta termina a fines de 2015. En los últimos tres meses, ha recortado subsidios al gas natural, permitió que la moneda se devalúe y está por comenzar negociaciones para la cancelar la deuda impagada con el Club de París. Los inversores esperan que estas medidas mejoren las finanzas de Argentina, pero todavía están preocupados por la veracidad de los datos oficiales.
El IPC es presentado todos los meses como una “caja negra”, dijo el empleado del Indec y vocero sindical Raúl Llaneza. “No sabés que hay adentro”, argumentó. “El núcleo del problema es que están escondiendo información que se necesita como herramienta para analizar la economía”, concluyó.