BELO HORIZONTE.- Lionel Messi asumió en los últimos días la verdadera capitanía de la Selección poniéndose el equipo al hombro con declaraciones, gestos y goles. Pero, ¿le alcanzará para cumplir su sueño de ganar un Mundial ?
La selección no logra aún demostrar el nivel que sus individualidades prometen en el marco de un Mundial de alto nivel y muchos goles, pero Messi no se rinde.
Recibió la banda de capitán en 2011 de manos de Javier Mascherano, que al igual que el entrenador Alejandro Sabella consideró que el mejor jugador del mundo debía guiar al equipo. El DT lo rodeó de un plantel en el que se sintió a gusto, desplegó su mejor fútbol y se ganó el respeto de sus compañeros dentro y fuera del campo.
En este Mundial dio un paso más. Dejó atrás ocho años de sequía de goles con dos tantos claves para la Argentina y con 88 partidos con la selección, ya tiene uno más jugados que Diego Maradona.
Decidió además asumir riesgos al reclamar a Sabella el esquema de juego más cómodo para él, salvó al equipo del bochorno con un golazo que le dio la clasificación a Argentina a octavos de final y aun así hizo una clara autocrítica. “Sabemos que no demostramos lo que podemos dar”, dijo tras el agónico triunfo por 1-0 ante Irán y a días de cumplir los 27 años.
“Leo es Leo y siempre aparece en los momentos en que ninguno aparece”, aseguró ayer en conferencia Ángel Di María.
“Pero creo que todos vamos a empezar a seguir subiendo de nivel, a seguir creciendo. Esto recién arranca y lo importante en este momento era sacar los seis puntos para entrar en la próxima ronda. Desde el arquero hasta el delantero todos queremos seguir mejorando y ayudarlo a él para que las cosas sean más fáciles”, afirmó “Fideo”. “Ante las críticas y las cosas que salían, está demostrando que no es así”, remarcó.
El abrazo espontáneo que se dieron Messi y Sabella tras el partido con Irán demuestra que el lazo es intenso aún tras una semana de debate por las críticas del capitán a la táctica del técnico. (DPA)