PARÍS.- Siete meses después de que se acercaran al borde de otro fracaso tras una derrota contra Ucrania, la selección francesa es ahora una firme candidata en el Mundial gracias a la brillante transformación ingeniada por el entrenador Didier Deschamps.
El hombre que fue capitán de Francia cuando ganó el Mundial de 1998 y la Eurocopa del 2000, sustituyó a Laurent Blanc hace dos años y tras un comienzo apagado ha construido un equipo armonioso y centrado en los asuntos del terreno y no en los dramas fuera de él. Cuatro años después de que “Les Bleus” saliesen humillados tras caer eliminados en la primera fase del Mundial, y dos años después de que los problemas fuera del campo volvieran a ocupar los titulares, Francia es un equipo renovado sobre la base del trabajo duro y el sentido común del seleccionador.
“Deschamps controla perfectamente a su equipo. Antes del segundo partido (de grupo), les dio a los jugadores el once titular y eso jamás se filtró”, dijo Cyril Haddouche, periodista del diario francés Le Figaro. “Los jugadores saben que si se salen del camino, serán sancionados”, agregó en este sentido Christian Frichet, editor del diario L’Est Republicain. Por ahora este nuevo sistema francés está funcionando, pero habrá que ver si los llevará hasta la final. (Reuters)