Fue un instante. De esos que tocan el corazón. Fogoneados por personal del Departamento Promoción de Apat, los casi 50 pasajeros del bus especial empezar a cantar “¡olé olé olé, Lucas, Lucas!”. Segundos después, la escena se repitió, también cantada por otros 50 fanáticos que viajaban en otra unidad. Y Lucas dejó ver entonces una amplia sonrisa. Quizás hasta una lágrima corrió por sus mejillas.
La aventura “fierrera” de las casi 100 personas, que se plegaron a una invitación especial de la categoría para alentar a sus ídolos (y en especial a Lucas Mohamed) comenzó temprano. Diego, el coordinador, había sido claro: “nos vemos 7.40, salimos a las 8, desde frente de la Municipalidad de Yerba Buena. No podemos perder tiempo. Puede haber niebla en el camino y además todos queremos llegar cuanto antes al autódromo”.
Chicos y grandes, papás con sus hijos, algún abuelo, novios, chicas y chicos aún con las huellas inconfundibles de una madrugada de poco dormir, pusieron proa a Las Termas, a bordo de los colectivos que acercaron Raúl y Marta. “Yo agradezco a la gente que organizó esto, es una hermosa iniciativa” dijo Víctor Gatti, un señor con mucho automovilismo en sus retinas y de espíritu intacto por las carreras. Carlos, su hijo, orgulloso de verlo al “viejo” entusiasmado, dijo sentirse dispuesto a vivir un gran día. “Y mejor si le va bien a Lucas”, lanzó.
Viaje sin problemas y, al llegar a las adyacencias del autódromo, una sorpresa. El propio Mohamed fue a recibirlos, acompañado por gente de la categoría. Vale decirlo: lo hizo a muy poco de largar la final de la C-2. “Es un capo, mirá que venirse hasta acá a saludarnos cuando tiene tanta responsabilidad por delante”, lanzó Jorge Luis. El momento fue emocionante. Cánticos, gritos de aliento, saludos, fotos y una creciente euforia le pusieron marco. “Yo ni lo conocía en persona y esto que hizo me cayó bárbaro. No lo voy a olvidar” dijo con timidez Fabiana.
La historia, inédita en la lides de Apat, quedó plasmada en imágenes que pasarán a formar parte de la campaña promocional. “Queremos que haya contacto con los pilotos. Esto que hicimos en Tucumán nos gustó mucho, seguro que lo vamos a repetir en otros lugares. Les agradezco enormemente a quienes se sumaron”, dijo al respecto Gastón Mastrolia.
La historia se dividió luego: hubo quienes (la mayoría) fue al sector de tribunas generales y quienes apuntaron a los boxes, para tener un contacto más cercano con los corredores. Y en ese grupo se anotó Juan José, deseoso de ver de cerca a “Pechito” López, a quien dijo seguir con admiración.
Más de seis horas después de haber llegado, con la retinas “llenas” de automovilismo, tras haber soportado una jornada realmente calurosa, cansados pero felices, los “fierreros” se dispusieron a volver a Tucumán. “Lucas nos regaló un gran segundo lugar, y encima sigue arriba en el torneo. Y ‘Pechito’ nos dio dos triunfos. La verdad, nada mal”, sintetizó Gustavo la experiencia.
Pablo, Juan, Nicolás, Álvaro y Rosario, primos y amigos, con sus caritas jóvenes y una sonrisa ancha, cerraron el día con una definición sobre lo vivido: “fue una experiencia de esas que uno no puede olvidar así nomás”.