MIAMI.- El norirlandés Rory McIlroy llevaba dos años sin ganar un título cuando decidió cancelar la boda con la tenista Caroline Wozniacki y romper su relación sentimental. El traumático momento, sin embargo, fue el detonante de un gran 2014 con dos “majors” y la recuperación del número uno del golf mundial.
Las invitaciones para el enlace a final de año de la pareja más mediática del deporte -con permiso de Tiger Woods y Lindsey Vonn- ya estaban enviadas. Pero el 21 de mayo, McIlroy anuló todo. “El problema es mío”, dijo en un comunicado. “El envío de las invitaciones de boda hizo que me diera cuenta de que no estaba preparado”, agregó.
Esa misma semana dio la cara -y casi las lágrimas- ante la prensa antes del torneo de Wentworth. Sólo habían pasado cuatro días desde el anuncio de la cancelación de boda y McIlroy ganó su primer trofeo en dos años.
A partir de ahí, con el corazón roto, se vio su mejor golf: ganó el Abierto Británico, el PGA Championship, la Copa Ryder con Europa y recuperó a los 25 años el número uno del golf mundial y el estatus de gran astro que se ganó desde su debut como profesional en 2001 y con sus dos “majors”, en 2011 y 2012.
“Creo que lo que pasó fue lo mejor para mi golf. He dedicado más tiempo a mi juego y me ha servido para reorientarme. Al fin y al cabo ¿qué más tengo que hacer? Voy al campo, voy al gimnasio y ésa es mi vida”, dijo McIlroy durante el PGA Championship que ganó en agosto.
“Ya trabajaba duro antes, pero en los últimos meses me volqué en mi juego. Ha funcionado, así que lo seguiré haciendo”, agregó, dejando quizás entrever que apostará por la soltería a largo plazo. Al final, McIlroy le dio la razón a Gary Player, campeón de nueve “majors” y uno de los grandes de la historia, que ya meses antes de la ruptura veía una debilidad en el norirlandés: el amor. “Un hombre como Rory, con tanto talento, tiene que asegurarse de tener una mujer como la que tengo yo. Llevamos casados 56 años y siempre me ha animado a hacerlo bien y se ha sacrificado”, dijo el sudafricano Player, de 78 años.
“Cuando estás enamorado y eres joven, es normal que el golf parezca pasar a un segundo plano durante un tiempo. Es natural. El amor es lo mejor que nos pasa en nuestras vidas”, decía Player, uno de los grandes jugadores en los años 60 y 70 junto a Jack Nicklaus y Arnold Palmer. El sudafricano es el único jugador no estadounidense que ha ganado los cuatro “majors”, hito sólo conquistado por cinco jugadores en la historia. El sexto podría ser McIlroy.
La separación pareció sentar igualmente bien a Wozniacki. “No estás preparada para algo así. Fue una especie de shock”, dijo la ex número uno del tenis al caer en su debut en Roland Garros. Pero se recuperó y ganó un título en Estambul, antes de ser superada por su amiga Serena Williams en Montreal, Cincinnati y en la final del US Open. No llegaba tan lejos en un Grand Slam desde 2009. Williams, que también la eliminó en el Masters, estuvo junto a ella en la meta del maratón de Nueva York en noviembre, el plan alternativo que encontró la danesa a falta de boda.
En 2015, McIlroy desea ganar el Masters de Augusta y completar así los cuatro “majors” del golf, algo que no ha logrado ningún golfista europeo. Junto a los estadounidenses Jack Nicklaus y Woods, es el único en haber logrado tres “majors” antes de los 26 años. Quizás su principal rival sea de nuevo Woods, que en el año que entra buscará desatascar su cuenta de “majors”, parada en 14 desde 2008.
“El cuerpo está bien. Estoy más fuerte, soy más explosivo y más rápido”, dijo este mes Woods, ya recuperado. Se operó de la espalda el 31 de marzo y se perdió el Masters de Augusta y el US. Open. Sólo compitió en ocho torneos en 2014 y únicamente en tres ocasiones completó los 72 hoyos.
Regresó en junio, pero volvió a dejar las canchas después del PGA Championship en agosto. Woods, número 24 del ranking, presentará en 2015 un cuerpo recuperado y un nuevo swing. Rory, con el corazón orientado a conquistar el golf mundial, lo estará esperando. (DPA)