La campaña papera 2014 cerró con un balance de “quebranto”. Es la conclusión a la que arribó el legislador provincial y productor Roberto Sánchez, un reconocido agricultor del sur tucumano.
“La cosecha principal de Tucumán se realizó entre octubre, noviembre y diciembre. Esa etapa ya pasó. Los precios fueron muy bajos. Al inicio, en octubre, los valores fueron casi rentables, pero después todo fue a quebranto”, dijo durante su diálogo con LA GACETA Rural.
“El sector productor papero de Tucumán quedó muy golpeado con la cosecha 2014. Ahora hemos iniciado un nuevo ciclo, pero no vislumbramos que este cuadro mejore”, reconoció con preocupación.
“Hoy existen productores tucumanos que están sembrando ‘papa otoñal’ en la zona de Los Altos y en el sur de Tucumán”, en las proximidades con Catamarca. Después, más adelante, también se hará papa en el sur de la provincia”, describió.
Sánchez reconoció que en el país existe sobreproducción de papa, principalmente en el Sudeste de la provincia de Buenos Aires.
“Están en plena cosecha en Tandil, Necochea, Mar del Plata y Balcarce. Hay mucha producción porque lograron rindes muy altos”, comentó. “Esa sobreoferta en el mercado interno provocan que el precio se deprima. Esta es una situación que viene desde noviembre 2014”, observó.
“Los precios siguen bajos”, reiteró. “La cosecha fuerte de Tucumán fue en noviembre, cuando los precios ya estaban muy deprimidos. Por eso, nuestro sector quedó muy afectado”, explicó sobre la situación que enfrentan.
Lamentablemente, el panorama no es mejor al presente. “Todo seguirá igual. Existe mucha oferta, una muy alta producción y, además, no se exporta nada. Existe un mínimo mercado con el exterior, insignificante. En general se trata de papa industrializada. También hay un poco de papa que se vende a través de la frontera con Brasil, pero este mercado exportador no tiene incidencia”, reconoció.
El agricultor y legislador reiteró que enfrentan una situación de quebranto en la ecuación económico-financiera. “Hay muchísimos casos de paperos que se quedaron con sus maquinarias viejas: tractores, cosechadoras, pulverizadoras y equipos de riego. Los equipos no pueden cambiarlos, con lo que se van deteriorando”, describió. “Incluso, existe gente que se desprendió de sus maquinarias para poder seguir produciendo. Casi nadie compró nuevas maquinarias”, agregó. “Sin dudas, el año 2014 fue malo”, reiteró. “Con buenos precios el productor papero invierte siempre en el campo. “Por eso, los productores hoy están viendo cómo financiarse para comprar semillas, abono y combustible”, señaló.
Impacto del flete
¿El flete tiene alta incidencia?, consultó LA GACETA. “Hace muchos años se enviaba desde Tucumán, en tren, papa, pimiento, chaucha. Hoy, la competencia entre el tren y el camión es muy favorable hacia el tren porque es muy barato, pero nos faltan muchos trenes y vías”, dijo Sánchez. “Por eso, el costo del flete tiene una gran incidencia en nuestros números. En noviembre, en Tucumán se pagaba $ 30 la papa en el campo. Para llevarla a Buenos Aires había que pagar entre $ 15 y $ 16 más. O sea, que para ponerla en la Capital Federal costaba $ 45. Y como entre el 40% y el 60% de la población del país está entre Buenos Aires, Rosario, Santa Fe y Córdoba, donde está la mayor concentración de consumidores, nos significa un costo muy alto llevar nuestra papa”, describió. “Por eso, el tema ferroviario es una de las cuentas pendientes de los argentinos con nuestro sector productivo”, concluyó.