Las condiciones hídricas que se están presentando en Tucumán son altamente predisponentes para el desarrollo de algunas de las principales enfermedades en los cítricos. La cantidad de lluvias, pero sobre todo la continuidad de estas y la elevada humedad relativa del ambiente favorecen la infección de las enfermedades producidas por hongos y bacterias, recalcó la ingeniera Gabriela Fogliata, especialista en enfermedades de los cítricos de la Sección Fitopatología de la Eeaoc.
En esta línea, explicó que de noviembre a marzo, cuando ocurre la infección de las principales enfermedades en los frutos de limón en Tucumán, se registraron valores mensuales de días de lluvia, milímetros caídos y horas de mojado foliar que duplican, o en algunos casos triplican, los de la campaña pasada, especialmente en las áreas del Centro y Sur de la provincia.
“Estos parámetros son críticos ya que los patógenos requieren agua sobre los tejidos vegetales para germinar e iniciar así la infección. El exceso de agua además vuelve más susceptibles a los tejidos de los frutos, hojas y raíces, y dificulta las tareas de aplicación de fungicidas o bactericidas preventivos, y por ende el manejo sanitario de la plantación”, apuntó Fogliata.
Las enfermedades que pueden verse más favorecidas son la “cancrosis”, la “melanosis” y las “pudriciones de los frutos y radiculares”, debido a que los patógenos que las causan son dispersados por el agua. “En lotes jóvenes con presencia de cancrosis, enfermedad relevante para la exportación por ser cuarentenaria para la Unión Europea, se observa -como es habitual- un progreso desde fines de diciembre hasta la fecha, afectando especialmente a los frutos de la segunda floración. Se observaron infecciones tardías y también ataques tardíos del ‘minador de los cítricos’ como en la campaña pasada”, indicó. La ‘melanosis’, enfermedad que afecta la calidad externa del fruto, suele presentarse en bajos niveles de severidad salvo en áreas pedemontanas muy húmedas. En esta campaña se observan altos niveles de incidencia y severidad, incluso en otras zonas, debido al aumento de las lluvias y horas de mojado foliar, factores que incrementan bruscamente los niveles de melanosis.
La recolección
El inicio de la cosecha requerirá extremar los cuidados para minimizar los daños y con ello las pudriciones de poscosecha. La turgencia de los frutos incide directamente en su susceptibilidad a heridas y como consecuencia a la entrada de los patógenos de pos cosecha. Ya se observan en los campos frutos de la parte baja de las plantas con daños de podredumbre morena (o Brown Rot).
El exceso de agua en el suelo disminuye la disponibilidad de oxígeno para las raíces, y facilita la penetración y colonización de patógenos en los tejidos de las raíces, por lo cual la protección que hayan recibido las plantas con productos destinados al manejo de Phytophthora, como las aplicaciones de fosfito de potasio, será clave para atenuar las pudriciones de raíz.
En cuanto a la ‘mancha negra’, otra enfermedad cuarentenaria, los períodos prolongados de lluvia no favorecen la infección a partir de ‘ascosporas’, principal fuente de inóculo. Sin embargo, pueden incrementar las infecciones secundarias si no se cosechan en momento oportuno los frutos de verano, ya que los conidios presentes en las lesiones se dispersan por agua hacia los frutos jóvenes en desarrollo.
“Siempre destacamos que el nivel de sanidad que se alcance dependerá del manejo sanitario integral que hayan recibido los lotes desde su plantación”, señaló Fogliata.